La autodestrucción de Alianza País

Salvatore Foti

El presupuesto del estado para el 2019 está generando múltiples críticas desde varios sectores del país. Hay demasiada inconformidad hacia múltiples aspectos de la pro forma que son criticados con argumentos muy válidos. De la pro forma del Estado para el 2019 preocupan: el optimismo sobre el precio del petróleo, estimado en 58 dólares, y los recortes en el campo de la educación.

Estás preocupaciones no son tan exageradas y cuentan, además, con ejemplos de cómo ya anteriormente el régimen se ha equivocado en temas económicos.
La eliminación del subsidio de la gasolina súper, es un ejemplo de aquello.

El Gobierno estimó que este hubiese significado un gran logro por el Estado, pero a la hora de la hora solo significó que el estado pase de gastar 1.500 millones en subsidio para la extra a 4.000 millones; pues la gente dejó de poner súper y se pasó a la extra. Una muy mala decisión. Tan mala, como no haber destinado 2.450 millones al IESS que necesita, urgentemente, de más recursos.

Y, por último, no subestimemos tampoco el hecho que estas maniobras económicas sigan minando aún más el vínculo agonizante entre AP y el actual ejecutivo pues, seguramente, los compañeros del Presidente no han de apreciar los ajustes económicos, sobre todo en temas sociales, que se pretenden poner en práctica a pocos meses de las elecciones seccionales. Se necesitaba una maniobra más amigable con los inversionistas e inclusive, aunque suene absurdo, con las clases menos favorecidas. Se necesitaba de mucha imaginación e iniciativa, pero al parecer lo que más falta es justamente la determinación para tomar decisiones trascendentales. Se hacen recortes que responden a los intereses de pocos e iluminados políticos mas no a la ciudadanía en general o peor aún, al mismo Gobierno que parece empeñado en practicar una absurda autodestrucción del movimiento el cuál, muy pronto, probará el despiadado castigo del voto popular.

Para Alianza País, sacar un porcentaje inferior al que sacará el movimiento político de Rafael Correa en las próximas elecciones, significará su definitiva extinción.