Artes y talento

Eduardo Naranjo Cruz

En artes, como en ciencia, se requieren ciertas características, digamos destrezas que son dones con los que no todos nacen, por eso quien asombra con sus creaciones o descubrimientos es resultado de combinaciones genéticas y grandes esfuerzos de la mente y la práctica, para beneficiar a todos.

La joven directora de orquesta sinfónica, Andrea Vela Mosquera, acaba de obtener un nuevo triunfo en Europa, nada menos que en el Festival Beethoven Plus, en Bad Aussee, Austria, donde estuvo a cargo de conducir la orquesta conformada por los mejores músicos escogidos de diferentes países y además la interpretación de la soprano rusa Natalia Ushakova, su presentación fue de excelencia, por lo que un público, exigentemente culto, calificó su dirección como perfecta.

Andrea Vela dirigió en Quito la Sinfónica Nacional con éxito y luego fue a Loja donde pudo, con el apoyo de las autoridades, dar una excelente conformación a la orquesta Sinfónica de esa ciudad, que hoy es una de las mejores del país, contribuyendo así a su misión de crear cultura musical. Además, ha participado en numerosos eventos en el exterior como directora invitada y siempre con éxito para beneficio de la imagen de los ecuatorianos.

En el sector de la cultura pasiones existen y la lucha por ubicarse en el “mundo”, es permanente, lo que muestra que, en las bellas artes y la ciencia, lugares de refinados intelectos, no hay armonía, hay continua lucha, siendo rara la posibilidad de aceptar lo bueno del otro.

Carl Sagan, saliendo del ámbito científico propuso, como humanista una reconsideración a la especie, mostrando que un juego de ganar-ganar es deseable para la convivencia aceptando los valores del otro. El Ministro de Cultura, hombre versado, entenderá la importancia del reconocimiento en los otros.

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