La voz de Mikaela Romero encanta a los zamoranos

La voz de Mikaela Romero encanta a los zamoranos
ARTISTA. Mikaela Romero, artista oriunda de Zamora Chinchipe.

Además de la música, la zamorana está próxima a recibirse como abogada y hace poco emprendió en su propio negocio.

ZAMORA. La energía, el talento y la calidez que Mikaela Romero brinda en cada una de sus presentaciones, ha hecho que se vuelva una de las cantantes zamoranas más reconocidas y queridas de su ciudad. ‘Mashara’ de corazón, deja claro en cada lugar al que su música llega.

Su gusto y amor por este arte inició desde una edad muy temprana, pues creció rodeada de interpretaciones nacionales que provocaron se vuelva la fan número uno de los artistas ecuatorianos. Paulina Tamayo, destacada cantautora de nuestro país, figura entre sus principales referentes nacionales.

En diálogo con LA HORA, Romero habló sobre su trayectoria profesional como cantante y los proyectos que actualmente desempeña.

Si bien el interés de Mikaela por inmiscuirse en la música arrancó desde pequeña, profesionalmente lo hace desde los 15 años de manera empírica. Asimismo, asistió a clases particulares y talleres descubriendo las particularidades de su voz.

“El amor por la música me llevó a tener esa iniciativa de formarme. Entonces empecé a tomar clases, talleres, aprender de libros y sobre todo a conocer a profundidad la música que me precedía. Yo crecí escuchando a Paulina Tamayo y se me hace una de las mujeres más espectaculares que el país tiene”, contó.

Romero dio a conocer que ha tenido la oportunidad de participar en varios proyectos de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo de Zamora y compartir escenario con otros artistas de la localidad.

“Estoy muy agradecida con mi ciudad por darme la oportunidad de formar parte de grandes iniciativas. Hace algún tiempo presentamos un material donde estuvimos varios artistas, todos muy talentosos. Pero el camino no ha sido tan fácil o lleno de victorias, ser mujer en el mundo musical puede representar un recorrer difícil, a veces por el machismo suscitado en el medio”, manifestó.

En el escenario

Cada vez que Mikaela sube al escenario, las luces la vuelven protagonista. Los nervios hace mucho dejaron de ser parte de ella al compartir con quienes disfrutan escucharla.

“Lo vuelvo completamente mío al escenario, me encargo de disfrutar mucho del momento, de la gente, de los aplausos, considero que ese es el objetivo de la música, disfrutarla. Por supuesto, antes de empezar a cantar hago ejercicios de afinación, respiración y vocalización para ofrecerle al público una presentación de calidad”.

Profesional

Hoy en día, la zamorana cursa el último ciclo en la carrera de Derecho, profesión que se acopla a su disposición por ayudar a los demás.

“Descubrí que quería estudiar Derecho al conversar con colegas. Luego de pensarlo muy bien me dije que era esto lo que quería hacer y desde entonces me he empeñado en hacerlo de la mejor manera posible. Siempre he sido una persona muy entregada en cada actividad”, expresó.

La voz de Mikaela Romero encanta a los zamoranos
ASPIRACIÓN. La zamorana aspira seguir cosechando éxitos en la industria musical.

Emprendedora

Además de la música, la joven emprendió en su ciudad con un bar-restaurant llamado ‘El Balcón’, lugar que encanta a propios y extraños, gracias al excelente servicio y exquisita gastronomía.

“Me encanta trabajar y enfrentarme a nuevos retos, claro, siempre preparada, por ello empecé con este negocio que ha sido muy bien recibido. Espero que a medida de los años sigamos creciendo tal y como lo hemos hecho hasta hoy”.

A los jóvenes

Antes de tener tan claro los objetivos futuros, Mikaela atravesó un periodo donde no sabía qué deseaba. Sin embargo, resalta la importancia de respetar los tiempos de cada persona, pues muchas de las veces el seguir un camino por presión desencadenará en un futuro frustrado.

“Guillermo del Toro dijo: «Ustedes, los jóvenes, están en la edad exacta de la desesperación. Yo nunca me sentí más acabado y viejo que a los veintitantos. Decía ‘ya me pasó la vida y no hice nada’. Pero estoy aquí para decirles que no: tienen un chingo de tiempo». Realmente estoy muy de acuerdo, a veces vivimos de las presiones que otros ejercen sobre nosotros y no nos detenemos a pensar si realmente amamos eso. Considero que cuando uno es feliz en su trabajo, este más bien no parece un trabajo. Yo amo trabajar y amo lo que hago y por eso les digo siempre que respeten sus procesos y sus tiempos”, argumentó.