El 51% de la población mundial son mujeres, es decir más de la mitad de las personas. Sin embargo, el mundo está diseñado para los hombres, es decir que en materia de diseño las mujeres son prácticamente invisibles.
En el libro ‘La mujer invisible’, de la escritora y activista, Caroline Criado Pérez, se denuncia que la falla más grande en el diseño de muchas de las creaciones, se debe a un sesgo de género, causado por excluir del proceso creativo información y datos relevantes que acaban por afectar a las mujeres.
Criado Pérez, señala que este sesgo – que se encuentra desde la concepción de tratamientos médicos hasta el diseño de teléfonos celulares – se debe a que tradicionalmente se ha tomado al hombre como punto de partida para entender la historia de la humanidad y también para diseñar.
Teléfonos celulares
Si es mujer se habrá dado cuenta de que la mayoría de los celulares son demasiado grandes para sus manos y es que están diseñados para ser sujetados por la mano de un hombre, por una palma más grande que la suya.
EL DATO Las mujeres son siete veces más propensas, que un hombre, a ser mal diagnosticadas en medio de un ataque cardíaco.
Reconocimiento de voz
Cuando se quiere dar instrucciones de forma oral a un aparato electrónico, tardará más en reconocer su voz porque estos sistemas de internet de las cosas están diseñados para que los use un hombre.
Por esta razón, están configurados para la voz masculina y no para la femenina.
Diseño de vehículos
Desde la década de los 50 hasta hace poco, se ha utilizado un maniquí para ensayos de choque basado en la anatomía masculina de un ‘hombre promedio’, ya que experimentar además con un maniquí con rasgos femeninos representaba un costo adicional que la industria no deseaba gastar.
Aunque desde 2003 ya se hacen pruebas con maniquíes con rasgos parcialmente representativos de la mujer, en realidad, estos no son más que una versión reducida en estatura de los maniquís con rasgos masculinos.
Parece una trivialidad, pero no lo es, puesto que conlleva afectaciones concretas para las mujeres, quienes, con el uso del cinturón de seguridad, tienen 17% de mayor probabilidad de perder la vida en un accidente automovilístico que los hombres de la misma edad y en las mismas circunstancias.
CIFRA: 51% de la Población mundial corresponde a mujeres.
Las mujeres son excluidas de la investigación médica
La programación, la investigación y el desarrollo se basan en las medidas de un hombre tipo, de aproximadamente 1.68 metros de alto, que pesa alrededor de 88 kilos, según un informe del gobierno estadounidense.
Por lo tanto, se ignora sistemáticamente a las mujeres. Pero, aunque no se trate de una decisión consciente y malintencionada, sigue siendo irreflexiva y descuidada y permite tener una perspectiva de cuánta investigación falta.
Por ejemplo, los estudios sobre la disfunción eréctil superan en número a los estudios sobre el síndrome premenstrual (SPM) en un promedio de cinco a uno, aunque hay más mujeres que sufren de SPM. El cuerpo femenino es a menudo demasiado complicado para los equipos de investigación: hay demasiados ciclos, hormonas, fluctuaciones.
La percepción femenina del dolor, es diferente, por lo que los estudios clásicos sobre el mismo —y los tratamientos correspondientes— no se aplican realmente a las mujeres.
Por no hablar de los problemas de salud como las cardiopatías, que a menudo no se reconocen en ellas porque sus síntomas no son ‘típicos’ y son diferentes a los de los hombres.
Como resultado, son siete veces más propensas a ser mal diagnosticadas en medio de un ataque cardíaco. Pero los síntomas masculinos siguen siendo referencia y son los que se utilizan en la investigación.