Vamping tecnológico: trasnochar con el celular daña la salud del sueño

Realidad. Este fenómeno aparece cuando antes de dormir no podemos evitar conectarnos al celular.

Irse a dormir con el celular en la mano es una adicción. El aumento de las redes sociales, de las posibilidades móviles y la constante conexión con el resto del mundo a través de una pantalla nos está convirtiendo en vampiros tecnológicos.

Las complicaciones y el estrés que genera compaginar la vida real con la virtual afecta a nuestra salud, sobre todo a nuestro descanso.

 

¿Qué es el vamping tecnológico?

Este fenómeno aparece cuando antes de dormir no podemos evitar conectarnos al celular.

Sus repercusiones afectan a nuestra salud ya que provoca la pérdida de horas de sueño. A menor descanso, menor energía.

Los expertos e investigadores del grupo Cognitive NeuroLab y del instituto Brain 360 advierten de lo nociva que es esta práctica para la salud mental y física de los jóvenes.

El profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Diego Redolar, recomienda una clave esencial:

“Las rutinas son muy importantes: hay que establecer horas fijas para acostarse y levantarse”.

Por su parte, José Ramón Ubieto, docente colaborador de estos estudios, llama a “negociar y establecer momentos en los que no se pueda usar las pantallas” para evitar este tipo de abuso.

 

La falta de sueño impide crecer

Muchas pruebas demuestran que la falta de sueño no solo provoca irritabilidad, cansancio, dolor de cabeza o falta de atención, según explica Diego Redolar, sino que también tiene efectos en el crecimiento.

“Hasta los 20 o 25 años, el sistema nervioso no está desarrollado, y hay que cumplir una serie de hitos; si no se duermen las horas necesarias estamos olvidando algo muy importante para el desarrollo cerebral”, alerta.

La luz de las pantallas del móvil antes de dormir durante la noche “envía al cerebro información contradictoria” que afecta a diferentes sistemas del organismo y a la regulación de nuestros ritmos endógenos.

“El dispositivo está pensado para que no exista un límite, para que la conexión sea non-stop, así que debe imponerse un límite exterior”, señala el docente.

 

Recomendaciones para evitar el vamping tecnológico

 

Manuel Armayones, experto en el impacto de estas nuevas tecnologías y autor del libro ‘El efecto smartphone: conectarse con sentido’, apunta cinco consejos para hacer que los niños desconecten de las pantallas.

1. Establece unas normas claras

El primer paso lo deben dar los padres, quienes tienen que regular el consumo de pantallas de sus hijos. Mediante una conversación se les debe explicar la importancia de descansar y lo qué se puede hacer o no con el móvil.

Prestar atención a los cambios en el “comportamiento o si las actividades que realizan, como es el caso de los videojuegos, les crean una cierta adicción” es algo importante a tener en cuenta, destaca el experto.

2. Negocia sin miedo

Cada niño es diferente, por lo que negociar con él debe acomodarse a su comportamiento. “Si un niño se porta bien y tiene buen rendimiento escolar”, podemos darle un premio como “dejarle el móvil un ratito más”.

Sin embargo, si el uso de estas herramientas es un problema, “es importante restringir su uso”.

3. Antes que prohibir, es mejor ofrecer alternativas

El trueque en estos casos puede ser la mejor opción. Las actividades al aire libre son claves para el desarrollo del joven y su distracción.

Los niños suelen exigir el móvil cuando se aburren, por lo que hay que mantenerlos entretenidos haciendo deporte, manualidades, leyendo o pasando el rato en familia.

4. No prediques, da ejemplo

Si los consejos que recibe el niño no son reflejados en sus padres, hará caso omiso a las normas. El uso excesivo de pantallas no solo perjudica a los más pequeños sino que los adultos pueden llegar a tener también problemas.

5. Con seguridad y sin contraseñas

Los dispositivos que utilizan los niños deben estar siempre bajo supervisión, es decir, nada de contraseñas ni pantallas de bloqueo.

El control parental debe estar presente durante su uso, pues “es más importante la seguridad de los niños que su privacidad”, expresa el experto.

 

Consecuencias arrastradas del confinamiento

La cantidad de tiempo en casa, sin poder salir, el mal hábito de utilizar el celular antes de dormir, con pocas posibilidades de movimiento y rodeados constantemente de pantallas han traído consigo un mayor número de horas con el teléfono.

“Con la desescalada surgen otras acciones más sociales, de contacto, pero quedará mucha de esa actividad nocturna porque se trata de una conexión que no es solitaria, la hacen con otros”, expone José Ramón Ubieto.

Un estudio del año pasado reflejó que el 81,5% de los jóvenes modificó sus ritmos de sueño y muchos tuvieron problemas para conciliarlo durante el verano, época más propicia para el vamping tecnológico.

El porcentaje ya era alto antes de la pandemia, pues casi el 70% de los adolescentes españoles no dormían las horas suficientes – entre 8 y 7 horas-. Más del 60% dormía al lado del móvil y el 80% estaba una o dos horas consultando la pantalla.