Jorge V. de 43 años, está casado y tiene dos hijos, en agosto de 2020 se quedó sin trabajo.
Las deudas y las necesidades de su familia lo orillaron a buscar una forma de subsistencia.
Así, desde septiembre del año pasado empezó a ‘taxear’ como ‘pirata’ con la finalidad de conseguir el sustento diario.
«Al inicio me daba miedo y ponerme en el redondel de Izamba era peligroso, no solo por los Agentes de Tránsito, sino porque quienes habitualmente se ubican en el lugar son groseros», dijo Jorge.
Por eso empezó a repartir tarjetas, hechas de manera casera, a sus vecinos y los de barrios cercanos para que lo llamen a cualquier hora del día. Así logró sostener a su familia hasta abril de este año cuando consiguió un nuevo trabajo.
Algo similar le pasa a Francisco T., quien desde 2020 mantiene a su familia, compuesta por cinco personas, trabajando como taxista ilegal.
EL DATO Trabajar como transportista ilegal está sancionado el artículo 386 del COIP.
“No hay trabajo y, aunque esta actividad es peligrosa, no queda de otra que arriesgarse porque tenemos que comer todos los días, además las deudas no esperan”, señaló Francisco.
Como estas, hay centenares de historias de hombres y mujeres que, ante la falta de empleo, están usando sus vehículos para trabajar.
Esto mientras los taxistas agremiados, aseguran que su trabajo, legalizado, se ve mermado por la competencia desleal.
Sebastián Castro, quien es taxista desde hace más de 16 años, señaló que un taxista cooperado gasta entre 500 y 600 dólares anuales con el pago de impuestos y todo lo que representa ser transportista público legal, mientras que los ‘piratas’ únicamente generan ganancias.
“Sabemos que todos tenemos que trabajar, pero debemos hacerlo legal y ordenadamente. Las autoridades deben ser más firmes en los controles”, puntualizó el chofer profesional.
CIFRA: 2.464 TAXISTAS Cooperados hay en Ambato.
Operación
Para ahondar el problema, los representantes del gremio mencionan que la tecnología también se suma para impulsar la ilegalidad en el trabajo.
Según Manuel García, presidente de la Unión Provincial de Taxistas de Tungurahua, en Ambato existen cinco aplicaciones que captan usuarios de manera ilegal.
Asegura que, en muchas ocasiones, estas lo único que garantizan es un carro del año, sin embargo, no tienen garantías de seguridad para el pasajero.
Ante esta realidad, en 2019 los taxistas legales presentaron su descontento ante la conformación de una de las aplicaciones que trabaja hasta la actualidad y advirtieron que con eso se prolifera la inseguridad.
Para hacerle frente a este problema como gremio trabajan con la aplicación Ktaxi, que aseguran brinda el servicio de manera eficaz y segura.
Los representantes gremiales señalan que esta es la única que sería legal en la ciudad.
CIFRA: 5 APLICACIONES de servicio de taxi funcionan en Ambato.
Autoridad
Según el director subrogante de la Dirección de Tránsito Municipal de Tungurahua, José López, el control de tránsito está a cargo de la Agencia de Orden y Control Ciudadano de la municipalidad de Ambato.
Dos grupos operativos se encargan de este problema que genera inseguridad en la ciudadanía y malestar en los gremios del transporte.
“Los taxis formales cumplen con toda la normativa y son sujetos a control, los taxis ilegales no cumplen con estos parámetros de ley, lo que obliga a continuar con la responsabilidad de hacer cumplir la ley”, dijo López.
Señaló que la sanción, por trabajar como transportistas de manera ilegal, está tipificada en el artículo 386 del COIP.
Ahí se establece que es una contravención de primera clase penada con dos salarios básicos, con la reducción de 10 puntos en la licencia de conducir y la retención del automotor por el plazo de mínimo siete días.
“Esta sanción es tanto para vehículos que transporten pasajeros o personas sin un título habilitante de forma particular o a través de plataformas informáticas”, enfatizó López. (CNS)