Pan de origen ambateño

Legado. Doña Norma mantiene la receta original enseñada por sus abuelos.

Aquí la media noche es el inicio de todo, mientras la ciudad duerme la masa se comienza a preparar y el horno a calentar en espera de miles de ‘tapados ambateños’ que en la mañana estará en el desayuno de cientos de mesas.

La escena del lugar donde se preparara el pan es pintoresca y cargada de elementos que incluyen una casa que tiene alrededor de 100 años, con un horno construido en piedra, todo esto sonorizado por el río Ambato.

 

Tradición de más de un siglo

Norma Viteri es quien guarda celosamente la receta del ‘tapado’, pues ha estado en su familia por más de 100 años, siendo su abuelita quien le enseñó a su madre a preparar este tradicional pan.

“Mi mamacita y abuelitos eran panaderos, entonces yo fui la única que se quedó con la receta tradicional del pan, desde que me casé ya estuve con la panadería, dando gracias a Dios”, contó Viteri.

Doña Norma comentó que la pandemia sigue afectando el negocio, pues antes solo en el mercado central podía vender hasta 1.700 panes diarios, pero que en la actualidad no se llega ni a la mitad de esa cantidad.

“Antes yo entregaba a los hoteles y ahora por la pandemia no se puede. La Fiesta de la Fruta y de las Flores era otro espacio para vender, porque venían los turistas que les encantaba llevar el pan, se tomaban las fotos y hasta ahora cuando vienen a veces se fotografían con el maestro que está poniendo el pan”, comentó.

En estos años varios de los clientes se han convertido en amigos. “Lo bonito son las amistades, uno se relaciona con toda clase de personas, buenos, malos a todos les encanta el pan, protestan un poco, pero es bonito, a mí me encanta este trabajo, la pandemia nos golpeó y teníamos la intención de vender todo, pero la actividad y los clientes a uno le mantiene activa”, confesó.

 

Esfuerzo

Doña Norma desde un inicio tomó la responsabilidad de sacar adelante a su familia a través de la panadería. “Yo mismo cargaba los quintales de harina, horneaba y salía a entregar, por eso es una alegría ser parte de la tradición ambateña”, aseguró.

Muchos ambateños que viven en otras ciudades o países aprovechan sus visitas a Ambato para llegar hasta la panadería y poder llevar una provisión de pan. “Por ejemplo viene bastante gente de Quito que se lleva 50 o 60 panes, conversan que le ponen en la refrigeradora y lo van calentando en el horno”, contó.

Belen Rojas, hija de doña Norma, también ayuda en el negocio y es la encargada de atender a los clientes que llegan hasta la panadería, con el tiempo aprendió todos los procesos del pan y será quein salvaguarde la receta por algunos años más.