Fracasar en un emprendimiento no es motivo suficiente para dejar de intentarlo.
Quienes tienen empresas establecidas, no lograron el éxito de la noche a la mañana, todo requiere de esfuerzo, constancia y perseverancia.
Los emprendedores no deben ‘tirar la toalla’ a la primera dificultad que encuentren, pues los expertos aseguran que el empezar con un negocio es como tener un hijo, hay que dedicarle tiempo, esfuerzo y dinero.
“Como cuando queremos que nuestra familia salga adelante de cualquier tipo de problema, así mismo son los negocios, requieren de mucha de nuestra atención y si no estamos dispuestos a dárselas estaríamos dirigiéndonos al fracaso”, dijo Gonzalo Guamanquispe, catedrático profesor de Economía.
TOME NOTA: La mejora continua es un proceso elemental para alcanzar la calidad total y la excelencia empresarial.
El Economista entiende que ante la recesión económica que se vive por la crisis sanitaria a causa del Covid-19, cada vez hay menos clientes, las ganancias, en caso de lograrlas, son escasas, las cuentas se acumulan, el inventario no se mueve, hay un alto endeudamiento y el dinero ya no alcanza.
Sin embargo, cree que quienes tengan las posibilidades de hacerlo, hagan un esfuerzo extra para mantener a flote sus negocios.
Cómo hacer un negocio sustentable
- Mejora continua: la base de esto es la autoevaluación. Con ella se detectan puntos fuertes, que hay que tratar de mantener. También se pulen las áreas a La excelencia ha de alcanzarse mediante un proceso de mejora continua.
Aquí hay que hacer las preguntas correctas (según el objetivo que se persiga). Buscar respuestas honestas de quienes trabajan o estar involucrados con la empresa. Analizar los resultados con base en evidencias. Y finalmente desarrollar planes de acción para corregir el rumbo.
- Hay que basar el proyecto en una economía circular. Es decir, en un modelo económico que tiene un alto impacto ambiental y social para lo cual se debe tomar en cuenta el ciclo de vida de su producto o servicio.
- Identificar los factores de riesgo en la empresa. Reúna a un equipo de emergencia para determinar, con total honestidad, las principales causas de que el negocio vaya mal. Con ello se deberán tomar decisiones drásticas, pero no hay otra alternativa para sobrevivir.
- Recorta gastos excesivos e innecesarios. Uno de los principales síntomas de que algo no marcha bien es que el dinero no alcanza.
De allí que es imprescindible reducir cualquier gasto que no contribuya positivamente a la operación del negocio y a generar utilidades.
- Valide que su producto o servicio y si su operación es sustentable. Para este efecto hay que identificar los grupos de interés que impacta la operación de la empresa: colaboradores, comunidad, otras empresas y Gobierno para que estos validen que el negocio es realmente sustentable.
- Nunca pare de innovar. Una de las formas es transformar sus productos en servicios. Hay que mantenerse en constante aprendizaje, actualizándose en las tendencias de la industria y hacer investigación permanente para contar con los elementos que se requieren para estar siempre a la vanguardia.
- No pierda la visión de largo plazo. El camino no es en línea recta. Si no se cuenta con la idea clara de que se quiere permanecer en el mercado, es muy probable que la empresa se pierda en el camino.
Claves para afrontar una crisis empresarial
- Prepárese para poder liderar la empresa en momentos difíciles, y hágalo a nivel emocional como empresarial.
- Cuide la comunicación, especialmente la interna. La incertidumbre puede dar lugar a rumores entre los empleados, y muchas veces la imaginación es más dura que la realidad. Asegúrese de ser transparente con trabajadores y socios porque de nada sirve negar los hechos, solo conseguirá empeorar las cosas.
- Vigile su reputación en internet, es muy fácil que un rumor se extienda en redes sociales.
Algunas razones
- La crisis internacional que podría afectar los mercados o bien las políticas con la que importa y exporta productos, si fuera el caso.
- Gastos desmedidos y sin control.
- Altos costos de operación (local, servicios, infraestructura, etc.).
- Contingencias que afecten severamente el presupuesto como imprevistos, accidentes o sanciones de cualquier tipo.
- Una mala proyección de negocios.
- Falta de una buena estrategia de ventas y mercadeo.
- No tener metas a mediano y largo plazo.
- Altos gastos de operación.
- Endeudamiento continuo sin riesgo calculado.