Varios aspectos envuelven a la historia de Tungurahua, incluso existen capítulos que han podido ser dilucidados de a poco gracias a las investigaciones de los estudiosos en estos campos.
La historia de Tungurahua resulta extensa, con muchas preguntas y dudas que durante los años han tratado de ser respondidas por los historiadores que a través de su trabajo publicaron varios libros, en estos aclaran que la idea de provincia como división política apareció en 1860.
Según el historiador Gerardo Nicola López, en la provincia el asentamiento más importante fue el de Mocha, donde existía una población importante y construcciones imponentes.
Según Nicola, los cacicazgos más importantes fueron los de Mocha regidos por los Poocninas, Píllaro que formaba parte del Molle Ambato lo que hoy es el actual Salcedo, cuyos señores fueron los Atis; y el cacicazgo de Cótalo y Huambaló que estuvo gobernado por Hullutoya y cuyo hijo Pusachuma logró extender hasta Patate y Andicasí.
Para Nicola, al momento de la llegada de los Incas en estos pueblos preponderaba la sangre Puruhá. La principal ciudad de esta región era Mocha en donde se dice que había grandes aposentos y una fortaleza construida en piedra, este lugar tenía la fama de ser un espacio para la crianza de cuyes que también servía para la alimentación de los pobladores de la zona.
En lo que hoy es el territorio de Tungurahua no existía unidad política, por lo que varios pueblos o comunidades se agrupaban según sus intereses e intercambio comercial. De acuerdo con el padre Velasco se podían distinguir los siguientes: Huapantes, Píllaros, Quisapinchas, Izambas, Pachanlicas, Patates, Pelileos, Queros, Tisaleos, cada uno integrado por varios grupos que ocupaban diversos lugares y a los que el historiador les dio nombre, según sus investigaciones de la época y de acuerdo a donde vivían.
Cultura
Las familias vivían lejos una de la otra, ocupando extensiones de terreno que eran cultivados con maíz, papas, quinua, camote, fréjol, entre otros.
En su libro ‘Historia de la Provincia de Tungurahua’ Nicola López habla sobre la familia y cómo las relaciones se llevaban en estos territorios antes de la conquista. Aquí se habla de los varones que tomaban a dos o más mujeres por esposas, estas podrían ser de la misma tribu o de las tribus vecinas, ellas se ocupaban de los sembríos, la crianza de los hijos y la elaboración de tejidos, mientras que el hombre se ocupaba de la caza.
En este libro se describe el proceso de enamoramiento de aquella época, en donde el hombre seguía a la mujer lanzándole terrones para tratar de romper el pondo en donde transportaba agua, en otras tirándole del cabello, en un momento la robaba y la dejaba donde el cacique, hasta donde llegaban los familiares para arreglar el matrimonio.
En Píllaro hasta inicios del siglo XX aún sobrevivían algunas tradiciones, según el padre Coba Robalino cuando la edad de casamiento llegaba, los padres de los jóvenes se unían para armar un sarao en donde existían bailes y alcohol, aquí estaban presentes los caciques y figuras distinguidas de la comunidad.
En determinado momento el cacique ataba un cordón amarillo del hombro derecho al sobaco izquierdo a los varones, y a las mujeres les ponía en la cintura una tela ancha de color morado, así quedaban autorizados para contraer matrimonio.
Cada joven se hacía el “encontradizo” con el padre de la chica que pretendía y clavaba su lanza en el suelo, doblaba la una rodilla y le ofrecía su llauto o corona. Si el padre aceptaba, cogía la corona ofrecida y se ponía en la cabeza y arrojaba la suya, el hombre recogía la corona de su futuro suegro y regresaba a su casa.
Luego de esto las dos familias quedaban de acuerdo en una fecha para la boda, cuando llegaba el día, los familiares del novio llegaban a la casa de la novia, donde se cerraba la puerta y desde atrás insultaban al novio y su familia, si no había respuesta, abrían las puertas y empujaban a la novia hacia afuera, desgreñada, sucia y cubierta de harapos.
El novio y su padre recogían cariñosamente a la novia y entraban a la casa, en un rincón las futuras consuegras, lavaban y vestían lujosamente a la novia. Luego llegaba el cacique y unía a los novios a través de una especie de gran collar con pepitas de cobre, oro o piedras de colores, todo dependía de la capacidad económica y clase social. Luego los desataba e intercambiaba accesorios entre los novios y les daba consejos, al final les colocaban un llauto de plumas verdes en sus cabezas, con esto terminaba la ceremonia y seguía el baile.
Vivienda
Sobre la vivienda de aquella época se conoce que las habitaciones eran chozas cubiertas de paja. En la zona de Píllaro se dice que las construían sobre terraplenes, estas casas tenían dos puertas colocadas una en el sur y norte y una ventanilla hacia el oriente, estas eran para una sola familia.
También existían casas comunales, los bohíos, que en su interior tenían divisiones para separar a las diferentes familias, las construcciones eran distribuidos por todo el territorio sin un orden o ubicación específica, en los lugares más fríos se cavaba en la tierra en forma de pozo y se construía la casa, esto con el fin de aliviar las bajas temperaturas.
Alimentación
En lo que concierne a la alimentación se aprovechaban las cosechas que se daban en los distintos lugares como el maíz, papas, mellocos, ocas, quinua, achogchas, fréjol, zambos, zapallos, chochos, capulíes, camote y algunas otras frutas como aguacate, chirimoya, guaba, babaco, taxo y tomate de árbol.
Se consumía la carne de cuy, escarabajos blancos o catzos, además, de las preñadillas que era un pez que había en el río Ambato y las diferentes aves que se cazaban en sus sectores.
Las comidas eran condimentadas con ají, planta originaría del territorio que hoy es Ecuador, y en donde se han encontrado los vestigios más antiguos de Sudamérica, también se utilizaba la coca, de este producto se dice que en las faldas del Tungurahua existían varias plantaciones.
Entre las bebidas que se consumían estaba la chicha hecha a base de maíz fermentado y el chaguarmishque, que es el jugo dulce obtenido de la penca de la cabuya, por esto se dice que la alimentación de los pobladores de lo que hoy es la provincia de Tungurahua era completa en nutrientes, carbohidratos y proteínas.
Vestimenta
Sobre la vestimenta los hombres utilizaban un pantalón y una especie de camisa, en el caso de las mujeres una gran tela para la parte de abajo del cuerpo que era sostenida con una especie de faja y en la parte de arriba algo parecido a una manta que era sostenida alrededor de los hombros por una especie de gran aguja. Las telas estaban hechas con lana de cuy y conejo, el algodón se traía desde la Costa, pero por su costo estaba destinado solo a los caciques.
Sobre los accesorios usaban collares y brazaletes hechos de diversos materiales, en varios lugares se han encontrado algunos de concha spondylus. En el caso del cabello, hombres y mujeres lo llevaban largo, según las investigaciones en algunos lugares se cortaba el cabello a las mujeres que ya estaban casadas.
Arte
En el área del arte se habla sobre la música y de los instrumentos como el tambor, pingullo, rondador, ocarina, instrumentos propios de los pobladores de aquella época y que servían para realizar sonidos y entonar melodías festivas y rituales.
También, la práctica de la danza en ceremonias religiosas y de adoración al sol, la luna y a las diversas deidades a las que se rendía cierto culto, según el historiador Nicola López existían bailes festivos de los cuales aún quedan ciertos rasgos en el Yumbo y en los Sanjuanes.
Comercio
El comercio en aquella época se realizaban intercambios de productos con la Amazonía, a través de chaquiñanes y caminos que seguían los ríos y quebrados, se dice que desarrollaron un sistema de construcción de puentes con lianas y bejucos.
Siguiendo el Pastaza se llevaba hasta la Amazonía tejidos, prendas de vestir y productos agrícolas, a su vez traían achiote, canela, plumas de colores y pieles de mono.
Siguiendo la ruta que pasaba por Pilahuín y Mocha lograban comercializar con Guayas, hasta donde llevaban tejidos y pieles que eran intercambiados por sal, plumas de colores y conchas.
Para Nicola López, la dificultad en el intercambio de productos debido a las distancias y falta de caminos no facilitó que los intercambios fueran más frecuentes, lo que impidió que se puedan enriquecer de cultura y saberes, gran parte de esta dificultad se debe a que carecían de animales de carga.
Tiempo
Estas culturas desarrollaron un calendario de acuerdo a las fases lunares y movimientos de la Tierra en relación al sol, lo que pudo facilitarles la cosecha, además de que les permitieron saber las épocas del año, de sequía y lluvias, utilizándolo para la siembra y cosecha.
Se dice que los Puruhaes hacían calendarios y cálculos astronómicos, aspectos que aún se pueden ver y de los que quedan vestigios en las actuales fiestas y rituales de varios pueblos.
Religión
Sobre la religión los autores de varios textos coinciden que eran politeístas, es decir, adoraban a varios dioses y que estos podrían variar incluso entre las comunidades de un mismo sector.
Según el padre Coba Robalino en su libro ‘Monografía General del Cantón Píllaro’, las tribus que se establecieron en este territorio adoraban al sol al que llamaban Itaqui o Taqui y a un ser supremo al que le decían Yuhuk o Yux, todo esto canalizado por una especie de shamanes respetados a los que se les llamaban Mokán y cuyo jefe era el Guaquián. Estos realizaban en honor al sol las fiestas llamadas Itaquifino, en las que se realizaban grandes bacanales.
El padre Coba Robalino dijo haber escuchado de los labios de los descendientes de los antiguos caciques la leyenda:
“Dios cuando se enoja mucho con la gente que no le sirve ni adora, ordena al sol para que, con sus rayos enciendan las calderas de los volcanes, y hagan reventazones espantosos, y calienten los aires y lluevan los rayos, mientras que la luna con sus rayos fríos, alma los fulgores del sol y enfría los aires; por eso en las lindas noches de luna no caen rayos, los volcanes, en vez de enfurecerse, se alegran y juegan; de monte a monte, con inmensas pelotas de oro y las gentes contemplan llenas de gozo”.
De esto se deduce que en este territorio se adoraba al sol, la luna y el rayo, además, de que en varios sectores se tiene rasgos toponímicos, como Quillán que quiere decir luna; Callate, la piedra sagrada de la luna y en Poaló donde se dice que existía la piedra sagrada de la luna. Mientras que Píllaro quería decir en idioma Chimú, altar del dios rayo y del trueno. Además, de que se habla de un genio maléfico tipo diablo al que llamaban Cúlcay.
En las zonas donde influenció la cultura Puruhá se sabe que adoraban a las montañas y nevados considerándolos como seres vivos y animados, por ejemplo el Chimborazo como masculino y el Tungurahua como femenino, de aquí nacen varían leyendas y relatos de amoríos y enfrentamientos.
Por todos estos antecedentes y crónicas durante la conquista, se dice que en Mocha existían lugares dedicados a la adoración del Chimborazo, donde probablemente se realizaban sacrificios humanos.
En todos los lugares de la provincia existía la creencia de que habían seres maléficos que habitaban los abismos y quebradas, por ejemplo, se hablaba de la ‘Curimama’ que era la dueña de los tesoros, en el ‘Carbunceo’, que era un animal con un diamante en la frente, en el ‘Guiñaguille’ que era un ser maléfico que aparentaba ser un niño. En Río Verde hablaban del ‘Amaron’ que era una serpiente acuática dueña del río.
Entre los habitantes de estos lugares se contaba la historia de un hombre blanco y barbado que hablaba de Dios y que en lo posterior pensaron que se trataba de San Bartolomé, se decía que dejó la huella de sus pies en varias piedras, una de esas en San Bartolomé de Pinllo. En Baños se dice que se encontraron dos y que una es de la Virgen de Agua Santa, en Píllaro en Cuyucto cerca de Cutzatagua.
El historiador Nicola López habla en su libro de lo difícil que es tener una apreciación completa y real de la cultura, ciencia y religión de los pueblos que habitaban lo que hoy es Tungurahua, pues los cronistas que llegaron con los conquistadores trataban a los pueblos de estos sectores como ingenuos e ignorantes en sus escritos.