“Comer bien cuesta” es una frase que muchas familias creen, pero todo depende. A veces sí, una ensalada es más cara que una hamburguesa, pero esto depende del lugar en donde se compran las cosas y los productos que se usen.
Alimentos
Legumbres, arroz, fideos, huevos, frutos secos y carnes, preferiblemente blancas, es mejor comprarlas enteras y en el campo.
Las frutas son excelentes reemplazos de los refrescos, además que aportan vitaminas y cuestan menos.
Las familias que consumen más refrescos azucarados gastan más y ponen en peligro la salud de sus integrantes.
La comida casera es más barata, permite cocinar para una o varias personas.
También es importante acudir al mercado en la tarde, cuando es muy probable que obtenga buenas ofertas y todo esté dentro de su presupuesto.
Estas son algunas recomendaciones que pueden ayudar
– Ir a los mercados de productores
De este modo se reducen los intermediarios y se consiguen mejores precios. Además, cuando va a este tipo de ferias puede conocer más sobre el origen de los alimentos.
– Comprar frutos secos, semillas, legumbres y cereales a granel
Comprar en almacenes naturales es más económico que en los supermercados y se puede hacerlo por porciones.
– Organizarse y planificar las comidas
Cuando planifica las comidas de la semana, las compras son más eficientes, evite comprar de más o cosas que no va a necesitar
– Llevar un control de gastos
Anotar los gastos es clave para ver dónde se puede reducir o ajustar.
– Comer menos afuera, cocinar más
Puede preparar varias comidas por el mismo precio que algún platillo en un restaurante. Reduce las salidas a comer: si cocina no sólo comerá más saludable, sino más barato. (CNS)