Adrián S., principal sospechoso del asesinato de dos niños de 10 y 14 años, de la parroquia Pinllo al noroeste de Ambato en Tungurahua, fue sentenciado a 34 años y ocho meses de prisión al ser declarado autor directo del delito.
Además, los jueces dispusieron el pago de una reparación integral de 40 mil dólares para la familia de las víctimas.
Proceso
Durante la audiencia de juicio, el Fiscal, Fernando Casco, describió cada una de las pruebas testimoniales, documentales y periciales recabadas en la investigación, mismas que demostraron la materialidad del delito y la responsabilidad del sentenciado.
Entre las pruebas presentadas se incluyen testimonios de peritos, testigos, agentes de Dirección Nacional de Investigación de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Secuestro y Extorsión (Dinased).
También el audio y video de cámaras de seguridad públicas y privadas, que determinaron el recorrido de Adrián S., quien salió de la casa de los niños con un objeto brillante en su mano el día de los hechos.
A esto se sumaron el resultado de la autopsia médico-legal y los testimonios de familiares de las víctimas y de un testigo presencial que afirmó haber observado a Adrián S. forcejear con uno de los niños y matarlos después.
Adrián S. fue aprehendido y extraditado desde Perú en 2020, país en donde pretendía sacar su pasaporte en la embajada Rumana y huir.
Posteriormente, el rumano fue trasladado hasta la cárcel de Ambato donde se dio su proceso legal y ahora su condena.
Los hechos
Los vecinos de Pinllo, sector El Ollero jamás olvidaran la madrugada del 12 de diciembre de 2019 cuando se registró el crimen.
El hoy sentenciado realizaba trabajos de albañilería en la habitación de la víctima de 10 años. Al finalizar los trabajos, el tío de los niños dejó al asesino cerca del Mall de los Andes; sin embargo, este habría retornado caminando al inmueble para cometer el crimen.
Los niños estuvieron solos en casa desde las 23:30 del día anterior, debido a que sus padres habían salido de viaje a Ibarra por cuestiones de trabajo.
Al regresar, el padre fue quién descubrió la desgarradora escena. Investigadores de la Dinased y más unidades de la Policía Nacional llegaron al lugar y tomaron procedimiento.
Mientras que Adrián S., luego de cometer el crimen, no se presentó al trabajo y huyó a Perú. (FCT)