El terremoto de 1698 obligó a que la ciudad se cambie de lugar y sea fundada por segunda vez. Lodo y piedras arrasaron el primer Ambato.
Ambato a lo largo de los años ha sufrido varios desastres naturales, pero existe uno que tal vez por su fuerza y magnitud fue el que más influenció y cambió la realidad de la ciudad, de tal forma que a pesar de haber ocurrido hace 300 años se puede saber sus consecuencias que quedaron escritas en el ‘Libro Rojo de Ambato’ y en el testimonio de algunos historiados.
Terremoto
El terremoto de 1698 ocurrió el 20 de junio, aquí murieron 556 españoles y 1.200 indígenas, lo que resulta espantoso de este fenómeno natural es que también implicó al Carihuairazo, pues se derrumbaron sus cumbres y esto ocasionó una tragedia aún mayor para los pueblos que se encontraban cerca, entre ellos Ambato.
Parte de lo ocurrido se encuentra en los escritos de Pedro Fermín Cevallos que habla de que por la fuerza del terremoto se desencadenó un gran flujo de lodo, piedras y nieve que salió desde el Carihuairazo.
Incluso el movimiento afectó a Latacunga en donde varios templos y casas se cayeron destruyendo parte de la ciudad y en donde, según Cevallos, murieron 8.000 personas.
En Ambato tampoco hubo casas o construcciones en pie, varias fueron las familias que quedaron sepultadas bajo los escombros.
Los pocos escritos de la época cuentan que el lodo y piedras que salieron del Carihuairazo arrasaron con todo a su paso, pues se abrió camino por las laderas y quebradas hasta llegar a Ambato a través del río.
DATO Se puede decir que la segunda fundación de Ambato fue el 12 de agosto de 1698.
Este gran alud terminó con los escombros y los heridos que aún se encontraban debajo de las construcciones derrumbadas.
“Así, en Ambato los que no habiendo muerto aplastados por los edificios, gritaban, quienes sanos, quienes mutilados o maltrechos, cuando más, pidiendo socorro desde el interior que yacían sepultados, tuvieron que padecer bajo la cobija del lodo que fue a cubrirlos poco después”, se lee en los documentos que hablan sobre la tragedia.
Se dice que el tiempo entre el terremoto y el flujo de lodo fue corto y quienes salieron vivos de las casas derrumbadas, casi no tuvieron tiempo para ponerse a buen recaudo y menos aún para ayudar a los heridos.
El lodo que bajó desde el Carihuairazo era blanco y tenía un olor fétido, quienes se lograron salvar tuvieron que soportar el hambre al no encontrar qué comer y ver destruido todo a su paso.
Lo que son ahora las parroquias de Ambato también desaparecieron y quedaron sepultadas bajo el lodo, se dice que lugares como Pilahuín y sus alrededores sufrieron la pérdida de sus pobladores, animales y sembríos.
Consecuencias
Algunos de los sobrevivientes emprendieron viaje hacia Quito para hacerle conocer al presidente de la Real Audiencia de Quito lo ocurrido con Ambato.
Mocha también fue de las poblaciones más afectadas, aquí cientos murieron y varias edificaciones desaparecieron, eso fue motivo para que varios habitantes españoles abandonaran el lugar.
Así, la ciudad que tanta importancia ostentó en la época prehispánica tuvo un gran declive y de ser tenencia de corregimiento, pasó a ser solo una parroquia.
También Píllaro se vio afectado, pero mucho más Pelileo y Patate, pues el terremoto destruyó los obrajes y el lodo sepultó todo lo que encontró a su paso, incluyendo los cañaverales que se encontraban en las orillas del río.
El terremoto también afectó a Quero, aquí el derrumbe de una montaña sepultó a lo que luego se le llamó pueblo viejo, e incluso desaparecieron las fuentes de agua que existían, esto dio paso para que el asentamiento se cambie de lugar.
El nuevo asentamiento de Ambato
El primer asentamiento de Ambato que estaba junto al río, que según los historiadores quedaba en el sector de lo que hoy es Cashapamba, desapareció por completo y con la intención de evitar un suceso similar en el futuro se decidió mudar la ciudad, lo que resultó todo un problema para la época.
Los sobrevivientes, con la autorización de las autoridades de aquel tiempo decidieron que la ciudad se refundaría en el lugar en el que ahora está, pero que en ese tiempo llevaba el nombre de San Bartolomé y que estaba ocupado por los indígenas que servían a los blancos.
Sobre este hecho existen varios escritos en el ‘Libro Rojo de Ambato’, según las cartas incluidas en este libro, los blancos sobrevivientes llegaron a lo que hoy es el centro de la ciudad y decidieron instalarse ahí, a pesar de que estos terrenos pertenecían a los indígenas de Quisapincha, bajo el mando de su cacique y gobernador Juan Punina.
Esto causó problemas entre los indígenas que ocupaban esta tierra y los blancos que llegaron a tomar posesión de las chozas que existían en el sector, desde las autoridades de la Real Audiencia de Quito se aconsejaba que se solucione los inconvenientes con los dueños del terreno y que se pague por estos.
Ninguna ayuda llegó desde la Real Audiencia de Quito, en sus cartas lo que se muestra es que a los blancos sobrevivientes los dejaron a su suerte y más a los indígenas del lugar, apenas se enviaron recomendaciones para que los impuestos sean recaudados por quienes ellos creían conveniente.
En aquel tiempo, incluso se habla de que se puso una horca en la mitad de la plaza del nuevo asentamiento para someter a los indígenas que protesten o se quejen por la mudanza de los blancos a San Bartolomé. Esto provocó que se escondieran y que muchos sean maltratados de formas crueles.
Los caciques también enviaron cartas a las autoridades de la Real Audiencia de Quito, donde piden que se considere otro lugar para ubicar a los españoles sobrevivientes, incluso se sugiere que se funde Ambato en el sector de Izamba.
Fundación
La ocupación y fundación de Ambato en el actual sitio se hizo sobre las casas de los indígenas, en algunos casos los españoles ocuparon sus vivienda, incluso los curas de la época que servían en la capilla de San Bartolomé enviaron comunicaciones, sobre los atropellos que sufrían y la instauración en el lugar de una nueva capilla para los blancos.
En los documentos también se habla de que existieron las propuestas para que Ambato continúe en su sitio inicial, sin embargo, por la cantidad de escombros, la inseguridad del terreno y el miedo de que en algún momento pueda repetirse un suceso parecido se tomó la decisión de mudar la ciudad.
Sobre los muertos y daños fuera de Ambato existen informes que dan cuenta de la avalancha de lodo, piedras, palos y nieve que bajó del Carihuairazo y cómo dos meses después del terremoto se encontraban cadáveres y partes de cuerpos por varios lugares.
Según los documentos de esta segunda fundación de Ambato, a varios indígenas se les entregaron solares a diez cuadras del actual centro de la ciudad, es decir, en lo que se conoce como Pinllo, a otros se les envió a los alrededores de Pasa y algunos recibieron un pago económico.
Para que el actual sitio donde está la ciudad pueda crecer se necesitaba agua, por lo que luego de varias reuniones se decidió que se haría una especie de acueducto que traería agua desde el sector de Santa Rosa, aquí destaca el nombre del Fray Francisco Araujo que ofreció construir este canal en ocho días.
La distribución del agua de esta acequia quedó escrita en papeles, donde se estipulaba que el agua serviría para los obrajes de Huachi y los de Fernando Dávalos en Miraflores, además, para el servicio de los indígenas de San Bartolomé.
Con el sitio arreglado y el agua comprometida se da el acto de posesión del lugar o también se podría decir la segunda fundación cuya fecha fue el 12 de agosto de 1698.
En la repartición de los solares los precios variaban según el lugar que se ocupara, por ejemplo, los más cercanos a la plaza eran los más caros, en el ‘Libro Rojo de Ambato’ se tiene detalle de los nombres y el monto que pagaron quienes compraron los solares en esta segunda fundación.