Soledad, la tisaleña de 102 años que disfruta su vida en el campo

Soledad disfruta de su vida.
ACTIVIDAD. Soledad disfruta de su vida.

María Soledad Guerrero es un milagro de vida que tiene 102 años de edad y una agilidad en su cuerpo que quienes la conocen la envidian.

Soledad pasó el centenar de años y en medio de la pandemia también venció al covid, que de síntomas solo tuvo un ligero malestar.

Esta mujer, ‘cabeza de hogar’, nació en Tisaleo en noviembre de 1919, era la segunda de cinco hermanos y recuerda con claridad lo que fue su juventud.

Disfruta de las actividades en el campo como desgranar choclos que esta vez serán el alimento para sus hijos, nueras, nietos y bisnietos que la llegan a visitar.

La persona viva de mayor edad sobre la Tierra es la japonesa 
Kane Tanaka, que cumplió 119 años el 2 de enero.

 

Saulo Zamora tiene 68 años, es el último hijo de Soledad. Él reconoce que su madre es una mujer independiente, valiente y fuerte.

Saulo no solo está orgulloso de la edad de su madre, sino de las condiciones en las que se encuentra, pues caminar por la casa o el terreno no es ningún obstáculo para ella.

Su rutina es en el campo

Es así que su rutina empieza a las 06:30 cuando se levanta, se baña y se peina con dos trenza que le quedan perfectas, se pone los zapatos más cómodos y empieza la caminata.

Visita a su hija que vive a 15 minutos, regresa a su casa, donde sus familiares la esperan para desayunar.

Le encanta la leche con pan, pero no olvida que en sus años de juventud comía raspadura, granos, maqueño y otros alimentos que dice le dieron la energía que ahora tiene.

María Soledad Guerrero nació en noviembre de 1919.

Al término de su primera comida, las tareas de hogar la esperan, pues no le gusta dejar su ropa sucia o su cama destendida.

Seguidamente va al terreno a mirar como están las alfalfas que servirán para la venta.

Ya sus hijos se encargan de cosecharla e irla a vender al igual que otros productos que tiene en su terreno de Palagua, en la parroquia Montalvo, que es donde vive.

Con nostalgia recuerda como tenía sus pedazos de tierra a los que hizo producir con su esposo que murió hace cuatro años.

Pero logró heredarlos a sus ocho hijos, ahora el mayor tiene 83 años y los demás tienen tres años de diferencia entre cada uno, aunque no todos cultivan como lo hacía ella.

Sin embargo, Soledad no pierde la costumbre de hacer algo por lo que aún conserva y lo que aprendió toda su vida, estar activa de cualquier manera.

Su familia y su fuerza

Ya son las 11:00 y es hora de un refrigerio, una fruta en pequeñas cantidades le da ánimo para ayudar en la cocina porque a las 12:30 o 13:00 máximo se almuerza en casa.

Al hablar de su familia, ella cuenta que tienen ocho hijos, más de 20 nietos, 30 bisnietos y ocho tataranietos que ha logrado conocer.

Cuando le preguntan porqué de su longevidad, ella dice que no hay secreto, solo la comida y el trabajo, y a pesar que toda la vida tuvo una labor fuerte en el campo, aún tiene vitalidad.

La mujer tuvo ocho hijos, a todos los parió en casa y por parto normal.

A pesar de algunas molestias en su vista y la hipertensión detectada hace un par de años por la que tiene que medicarse, a ella no le gusta sentirse dependiente.

Los bastones y los lentes, no los quiere, no al menos hasta que pueda valerse por ella misma como lo hace hasta ahora.

Una de sus características es el buen humor y a lo mejor esa es la clave para que se mantenga no solo con larga vida, sino en buen estado de salud física y mental. (CNS)