Resequedad de la garganta, causas y algunas soluciones

La resequedad de garganta es un problema común que puede agravarse si no se toma en cuenta en seguida.
Salud. La resequedad de garganta es un problema común que puede agravarse si no se toma en cuenta en seguida.

Alergias, resfríos, dormir con la boca abierta, deshidratación entre otros factores pueden generar resequedad de garganta.

Aunque sentir la garganta seca incluso al beber agua, puede ser algo común especialmente en los días más calurosos, esta afección puede desencadenar en problemas más complicados, así esta sensación acompañada de otros síntomas, como la xerostomía, puede aumentar el riesgo de caries y otras molestias.

La falta de saliva, es la principal causa para la resequedad de garganta, debido a que, cuando las glándulas salivales no producen la cantidad ideal de saliva, las primeras regiones afectadas son la garganta y la boca.

Otro factor que puede provocar sequedad de garganta es la deshidratación. Con poca ingesta de agua, es posible que la saliva no pueda humedecer bien el área.

El problema se agrava con afecciones como resfriados, alergias, mala respiración nocturna, reflujo gástrico, ciertos tratamientos médicos y algunas infecciones.

La garganta seca y con carraspera puede ser un síntoma de mononucleosis. Esta enfermedad suele ser provocada por una infección del virus Epstein-Barr. Con frecuencia se transmite por medio de los fluidos corporales de una persona, la transmisión por saliva es muy común.

Tratamientos comunes

El tratamiento para la garganta seca dependerá de la causa que lo provoque.

En algunos casos, los remedios caseros pueden aliviar los síntomas. En casos persistentes o con otros síntomas asociados, se debe consultar con un médico.

Algunas opciones de tratamiento serían:

  • Alergia: pueden ser útiles los antihistamínicos, aerosoles nasales y descongestionantes.
  • Dormir con la boca abierta: acostumbrarse a cambiar de postura (de lado) puede modificar este hábito. Se pueden utilizar tiras adhesivas para reducir la respiración por la boca.
  • Deshidratación: beber suficientes líquidos (agua, infusiones…) y limitar el consumo de alcohol y cafeína, que aumentan la deshidratación.
  • Resfriado común y gripe: tratamiento sintomático con hidratación, reposo, humidificadores, baños de vapor y gárgaras con agua tibia.
  • Reflujo gástrico: el tratamiento con fármacos que disminuyen la secreción de ácido gástrico suele ser muy eficaz. Se aconseja además bajar de peso (en caso de sobrepeso) y evitar alimentos que empeoren el reflujo (picantes, cafeína, etc.).

Infecciones bacterianas: antibióticos, líquidos calientes.