Desde el 11 de julio los niños y adolescentes de las diferentes instituciones educativas del régimen Sierra-Amazonía salieron a vacaciones tras culminar el año lectivo.
Muchos descansan y otros ya se encuentran en diferentes cursos vacacionales, sin embargo, esta alegría no la comparten muchos chicos, ya que deben salir a las calles de Ambato a ganarse unos cuantos centavos.
Realidad
Bajo el sol o el frío, junto a los semáforos o recorriendo las calles se puede encontrar niños y adolescentes quienes tratan de vender algún producto que les permita llevar el pan de cada día a sus hogares.
Frutas, caramelos, y más, son algunos de los productos que los menores comercializan, otros también tratan de limpiar los espejos y parabrisas de los vehículos en los semáforos esperando un aporte de los conductores.
Rocío, nombre protegido, tiene apenas 11 años y ya lleva varios ayudando a sus padres en la venta informal de diferentes productos en una de las calles concurridas de la ciudad.
Parea ella lo más importante es vender la mercadería que su madre le encargó, ya que eso ayudará para que puedan comprar ropa y zapatos para el próximo año lectivo.
“Siempre ayudamos a mi mamá y en vacaciones mejor salimos todos los días y vendemos más”, comentó.
Mientras que Norma, una madre de familia que trabaja en el comercio informal en el centro de Ambato, manifestó que lamentablemente no tiene donde dejar a su hija y por ello tiene que llevarla a todos lados y para que no esté de gana hace que le ayude, pero considera que no es un trabajo.
EL DATO Tungurahua tiene el 4,3% de concentración de población infantil trabajadora, según la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil.
Cifras
Este no es un caso aislado, pues las historias se repiten a diario a pesar de los esfuerzos desarrollados por las instituciones del Estado.
En Ecuador desde el 2006 de a poco se ha reducido las cifras de trabajo infantil, según la primera Encuesta Nacional de Trabajo Infantil realizada en el 2012 por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Este informe muestra que 360.000 menores de 18 años trabajaban, lo que equivalía al 8,60% de este grupo.
Estas cifras se mantienen, así se evidencia cuando el informe de Observancia de Trabajo Infantil, levantado por el Consejo Nacional para la Igualdad Intergeneracional, mostró que desde el 2012 al 2017 el trabajo infantil ascendía a 8,14% de la población infantil, es decir apenas 0,46% de reducción.
Autoridad
María José Pontón, coordinadora Zonal 3 del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), manifestó que se desarrollan procesos permanentes de concientización en territorio a fin de reducir el fenómeno de trabajo infantil y mendicidad en Tungurahua.
A decir de la funcionaria, Ambato es la ciudad con el índice más alto de trabajo infantil de la Zona 3, esto debido al alto comercio que se genera, por ello los técnicos del MIES realizan acercamientos con los padres de familia a fin de concientizar.
Pontón reconoció que esta situación se incrementa con la salida a vacaciones y aunque no cuentan con espacios para acoger en este periodo a los niños y adolescentes, explicó que se puede coordinar la atención de los niños en vacacionales gratuitos que ofrecen diferentes instituciones. (FCT)
Problemática
Para Gissela Rodríguez, sicóloga, las situaciones de trabajo infantil se dan en la ciudad y en el país por circunstancias, mayormente, familiares ya que al no tener donde dejarlos o debido a que piensan que son más productivos los llevan a trabajar.
“Esto se evidencia sobre todo en las familias de escasos recursos económicos que aprovechan este tiempo para vincular a los niños a tareas de todo tipo para generar un ingreso extra”, comentó al tiempo de sugerir que esta forma de pensar es la que no permite a los niños desarrollarse y se puede condicionarlos a prolongar la cadena de pobreza.