Recuperados de COVID-19 pueden caer en depresión

Los pacientes que se contagiaron con covid son más propensos a presentar depresión.
Malestar. Los pacientes que se contagiaron con covid son más propensos a presentar depresión.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) considera el apoyo a la salud mental como un componente esencial como respuesta a la pandemia por el COVID-19.

Los dos últimos años han sido difíciles en lo social, sanitario, económico y laboral, lo que ha generado que la población tenga mayores problemas de frente a la salud mental.

Desde la OPS se sostiene que la emergencia del coronavirus ha generado altas dosis de estrés en toda la población sin embargo, cada persona maneja de manera diferente esta carga de preocupación.

Desde el organismo se estipula que el COVID-19 ha causado una crisis de salud mental en la región de una magnitud nunca vista.

Así desde la OPS se cataloga a las enfermedades mentales como una “epidemia silenciosa” que ya afectaba a América mucho antes de la aparición del COVID-19, con la depresión y la ansiedad como dos de las principales causas de discapacidad en la región, junto a los altos índices de consumo de alcohol.

Así también se especifica que los pacientes que han dado positivo al COVID-19 no solo sufren síntomas físicos, sino que muchos también experimentan insomnio, dificultad para dormir, desvarío o incluso depresión.

 

TOME NOTA
Los pacientes con depresión frecuentemente tienen insomnio, ganancia 
o pérdida de peso, y cambios de ánimo severos.

 

Opinión

Para la psicóloga Samanta Zambrano hay que tomar en cuenta que “el simple hecho de que se le diagnostique una enfermedad relativamente nueva, que evoluciona permanentemente y que puede ser potencialmente mortal puede desencadenar estrés y ansiedad, así se diga que esta nueva cepa (ómicron) es menos complicada que sus antecesoras”.

Sostiene que aunque se conozca cada vez más sobre el COVID-19, las noticias de los repuntes de contagio y la muerte de las personas a causa de esta enfermedad son generadores de preocupación que, si se vuelve excesiva, puede desembocar en ansiedad y depresión.

Zambrano menciona que la ansiedad y depresión tienden a ir de la mano, aunque la ansiedad se manifiesta con síntomas como ataques de pánico, fatiga, preocupación excesiva, etc., ambas condiciones afectan emocionalmente a las personas, por lo que es necesario buscar ayuda inmediata en cuanto presente los primeros síntomas.

 

Pacientes

Miriam Mantilla tiene 43 años. Ella, su mamá de 70 años y sus dos hijos de 14 y 9 años están contagiados con coronavirus.

La mujer comenta que al inicio de la pandemia ella y su mamá ya se contagiaron, pero ambas fueron asintomática, sin embargo, ahora la dolencia es terrible.

El médico que la atiende le recomendó que acuda al psicólogo, pues su recuperación está siendo más lenta de lo normal y lo atribuye a la ansiedad que le provoca el estar con toda su familia contagiada.

“Han dicho tanto que ómicron es leve y muchos de mis compañeros se han contagiado y solo han tenido que ser aislados y por eso es que en el trabajo no creen que realmente estoy mal y eso me preocupa más, porque no sé si se les ocurra decirme gracias y nuevamente me quede sin empleo”, comentó la mujer mientras esperaba su turno de atención en psicología.

Algo similar le pasa a Juan Aguilar, empleado público de 57 años, que lleva más de 16 días diagnosticado con COVID-19 y aunque los síntomas han disminuido no puede reincorporarse a sus labores porque sigue contagiado.

“Es una situación difícil, pues cada vez se me dificulta más el dormir y se que eso hace más compleja mi recuperación. Esta situación es muy dura y la ansiedad que me genera no sanarme pronto me complica las cosas”, dijo el hombre.

Para finalizar Zambrano mencionó que las personas que estén recuperadas o recuperándose del virus, en algún momento, aunque estén haciendo su mejor esfuerzo pueden sentirse desamparadas, tristes, enojadas, irritables, desesperanzadas, ansiosas, o atemorizadas y esto no está lejos de ser normal, sin embargo, si esos sentimientos se vuelven insostenibles es recomendable acudir al psicólogo porque el coronavirus no solo afecta a la salud física, sino en gran manera a la psicología y emocional.

 

Cuida tu cuerpo

Duerme lo suficiente. Acuéstate y levántate a la misma hora todos los días. Sigue tu horario habitual de sueño y vigilia, aun si te quedas en casa.

Haz actividad física de manera regular. La actividad física regular y el ejercicio pueden ayudar a reducir la ansiedad y mejorar el estado de ánimo.

Come de manera saludable. Elige una alimentación equilibrada. Evita comer comida chatarra y azúcar refinada.

Limita el tiempo frente a las pantallas. Apaga los dispositivos electrónicos durante cierto tiempo al día, incluso entre 30 y 60 minutos antes de acostarte.

 

Cuida tu mente

Reduce los desencadenantes de estrés. Para ello mantén tu rutina habitual. Mantener un horario diario habitual es importante para tu salud mental.

Mantente ocupado. Las distracciones saludables pueden alejarte del ciclo de pensamientos negativos que alimentan la ansiedad y la depresión.

Disfruta de pasatiempos que puedas hacer en casa, como leer un libro, escribir en un diario, hacer manualidades, jugar o cocinar una nueva receta.

Concéntrate en pensamientos positivos. Elige enfocarte en las cosas positivas de tu vida, en lugar de hacerlo en lo mal que te sientes. Considera comenzar cada día con una lista de las cosas por las que estás agradecido.

Establece prioridades. No te abrumes al crear una lista de cosas que te cambiarán la vida y que quieres lograr mientras estás en casa. Fija metas razonables todos los días y haz un esquema de los pasos que puedes seguir para lograrlas.

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