En este artículo se explora por qué las historias de ciencia ficción y fantasía logran cautivar a los lectores y espectadores, haciéndolos sentir identificados y conmovidos. A través de ejemplos como Star Wars de George Lucas y Pórtico de Frederick Pohl, se destacan dos elementos clave.
Por: Cristián Londoño Proaño
Escritor, académico e investigador
Universidad Indoamérica
En las historias de ciencia ficción y fantasía ocurre un hecho mágico. Es como si las historias cobraran vida. Nos sentimos idenficados y conmmovidos.
Pero, ¿por qué ocurre esto? ¿Cuál es la particuliaridad que hace que estas historias nos resulten placenteras? ¿Por qué las historias de ciencia ficción y fantasía logran cautivar a los lectores y espectadores, haciéndolos sentir identificados y conmovidos?
El héroe de las mil caras
Recordemos por un instante, una vieja trilogía de películas: Star Wars, producida por 20th Century Fox, a finales de la década de los setenta y en la década de los ochenta.
Presenciamos a lo largo de la saga épica de ciencia ficción, la lucha de Luke Skywalker contra del Imperio Galático, liderado por su propio padre. En las tres películas existen dudas del protagonista, derrotas, preparación de la lucha y por supuesto, la gran victoria. Al final nos sentimos reivindicados y satisfechos de haber completado el recorrido en ‘la Galaxia Lejana’.
Otro ejemplo, en la novela ‘Pórtico’ de Frederick Pohl, nos entusiasmamos leyendo como Robinette Broadhead busca en el espacio las claves del funcionamiento de la nueva tecnología de los Heechee. Al final, nos sentimos conmovidos con los pocos hallazgos de una tecnología que nunca llegamos a comprenderla a fondo, debido a nuestras limitaciones.
Lo que George Lucas y Fredeick Pohl nos llevan a sentir en sus obras, se puede explicar mediante dos amplios estudios.
El primer estudio es del mitólogo, escritor y profesor Joseph Campbell, cuya obra fundamental es ‘El héroe de las mil caras’. Este autor explica que toda narración responde a un ‘viaje del héroe’, un patrón básico que tienen todas narraciones de las culturas.
Muchos años después, el norteamericano Christopher Vogler, guionista y autor, lo desmenuzaría en su libro ‘El viaje del escritor: las estructuras míticas para los escritores, guionistas, dramaturgos y novelistas’. En este libro se pone de manifiesto que el héroe de toda historia (bien puede ser, un antihéroe) tiene un recorrido lleno de peripecias, derrotas y éxitos, hasta conseguir el objetivo. Pero en este recorrido nos hemos emocionado, llorado e identificado con el héroe.
Es decir, las historias de ciencia ficción y fantasía tiene esta estructura dramática que nos hace sentirlas cercas, empáticas y que pueden ocurrir en cualquier cultura.
El segundo estudio
El segundo estudio es ‘Arquetipos e inconsciente colectivo’ (1959) de Carl Jung. En este trabajo, Jung profundiza en la idea de que los arquetipos son patrones e imágenes simbólicas presentes en el inconsciente colectivo, compartido por toda la humanidad, y que influyen en el comportamiento, los mitos, y las narrativas de todas las culturas.
Carl Jung lo llamó imagos o arquetipos. ¿Qué es un arquetipo? Es una imagen simbólica que tenemos en la psique los seres humanos. Por ejemplo, cuando hablemos de un arquetipo: el viejo sabio.
A todos, indistintamente de nuestra cultura nos viene a la mente la siguiente imagen: un hombre de más o menos 70 años, sentado en una banca, hablando junto a un hombre joven, entregando sus conocimientos o su experiencia de vida.
De este mismo modo, los arquetipos están presentes en las narraciones de ciencia ficción y fantasía, porque la esencia humana debe habitar en “los pasillos y las habitaciones” del genero para que todo lector o espectador se sienta atraído e identificado por lo que le cuentan.
A modo de conclusión
Ambos estudios pueden explicar sobre porque nos sentimos identificados y conmovidos por las historias de ciencia ficción y fantasía.
Por un lado, el viaje del héroe nos acerca a un viaje que trasciende en un descubrimiento de algo nuevo, y por otro, los arquetipos hacen que nos identificamos con las esencias humanas.
Aunque estas historias se desarrollen en mundos imaginarios o con personajes extraordinarios, siguen siendo espejos de nuestras emociones y desafíos, lo que nos permite identificarnos con ellas y sentir que, en el fondo, están narrando algo profundamente humano.