Ortopedistas y traumatólogos aseguran que no se habla de un dolor de rodilla por frío, cómo tal, a menos que haya una lesión.
Las molestias en la rodilla y otras articulaciones suelen empeorar en las épocas de frío, pero por sí mismo no provoca daños ni molestias.
De hecho, es común que se use el frío aplicado de forma local para atenuar el dolor y la inflamación en una lesión. Sin embargo, en personas que sufrieron una lesión, sí es frecuente que se reactive el dolor o que se presenten molestias en las temporadas de frío, lluvia y humedad.
Lo primero que hay que aclarar es que no se habla de un dolor de rodilla por frío, cómo tal, a menos que haya una lesión presente o que se haya presentado un daño y no se haya atendido el problema por completo. Incluso en personas que se recuperaron de una lesión, es frecuente que sientan molestias durante la temporada de frío.
El frío provoca que los vasos sanguíneos se contraigan, lo que disminuye la cantidad de sangre que llega a las articulaciones. Esta situación reseca los componentes de la articulación: músculos, ligamentos y tendones, los cuales se contraen con el frío y, por ende, pueden provocar rigidez.
Esto explica por qué es frecuente que los pacientes con artrosis, desgaste de cartílago, o con artritis reumatoide sientan mayor rigidez en las articulaciones durante el invierno.
Además, cuando hace frío, las personas cambian su comportamiento: salen menos, permanecen más tiempo en casa, se quedan acostadas o sentadas y tapadas para no sentir frío.
Y si bien esto no es malo, a la larga los músculos y tendones van perdiendo elasticidad, provocando que la persona sienta dolor por periodos cortos. (RMC)