Combatir al miedo

En el país que hoy vivimos, en forma diaria y persistente, estamos obligados a soportar sucesos que lo transforman, que ratifican que los valores culturales y éticos agonizan en medio de una mediocridad llena de protagonistas de igual categoría y a los que los medios de prensa, televisión, radios y periódicos, no les queda otro camino que convertirse en comparsas de esta danza que se apresura a seguir por el túnel lúgubre y oscuro, carente de las luces y destellos que otrora le dieron nombre al hermoso lugar donde crecimos. Estamos en un lugar geográfico cuyo nombre se ha extraviado, cubierto por la desidia que está contaminando a sus moradores y que amenaza a que el pensamiento deje de ser el colectivo ejecutor de acciones que enfrenten al suicidio general, a la muerte que no tenga culpables, es decir, a la vida que no merece vivirla, porque no somos dignos de ella. Nos quedan 15 días para reflexionar y concurrir de manera obligatoria a las urnas, no para decirnos que una vez más vamos a equivocarnos, si no para que convencidos que somos mandantes, elijamos un Presidente al que se le puede exigir sobre todo dignidad, y que sepamos elegir una Asamblea que represente la honradez que todavía no la hemos perdido. Reflexionar que hay que despojarse del miedo y el pánico, eludir al Covid-19 y otros asesinos, porque las estadísticas de lo que está sucediendo no solo aquí, sino en el mundo, no alienta a depositar nuestro voto, entonces pensemos que el ausentismo y el voto nulo lo que harán es ser cómplices del prófugo sentenciado y del lelo que ya está dando pasos al costado para no aparecer declarando estupideces… Hay que combatir el miedo y votar. El candidato que ofrece regalar millones, va a enfrentar una denuncia sobre una de sus corrupciones que ya se hizo pública en los sainetes que se programaron, la señora Fiscal Salazar seguramente estará alistando lo que corresponde para su acción. Combatir al miedo y decirnos que todavía somos, no solo lo que por el momento parecemos.