Confinamientos

Tema recurrente, el del coronavirus, genera las mayores preocupaciones: la pandemia no es nada simple, debido a sus implicaciones en los diversos órdenes del convivir.

Lo que sucede en los países europeos constituye un referente de la gravedad de lo que atravesamos. El nivel de transmisión ha llegado a la alarma (54 mil en 24 horas), por ello se habla de una segunda ola de contagiados, siendo una de las principales causas el relajamiento de la población en el verano. Se ha ubicado lo que genera el Covid-19 como la peor recesión económica que sufre el Viejo Continente desde la Segunda Guerra Mundial.

Ante el inquietante retorno de los contagios, las medidas sanitarias han sido extremadas, con restricciones claras y firmes para contener el virus. Se ha vuelto a la aplicación del confinamiento. En Francia se ordenó aislamiento por cuatro semanas, mientras está vigente el toque de queda en París y en otras ciudades. En dicho país, que presenta más de un 1,3 millones de infectados y 36 mil muertos, se ha conceptuado como “brutal” el impacto producido por el repunte de la enfermedad.

En contraste a lo que se vive en la generalidad de países que conforman la Unión Europea, Grecia ha sorprendido por sus acciones para frenar la propagación del virus y el ejemplar manejo de este asunto de por sí complejo: política nacional acertada y buen comportamiento de la población, basado en la disciplina para acatar las disposiciones de las autoridades, entre ellas la suspensión de eventos masivos, confinamiento total con excepción de salidas para proveerse de artículos de primera necesidad o atenciones médicas de urgencia.

Prácticas, las anotadas, que enseñan qué debe o no hacerse frente a estas circunstancias donde la salud debe marchar acorde con la economía.