Impúdica campaña electoral

Andrés Arauz, sin gloria ni mérito alguno, se consagra como el candidato del correísmo para las elecciones presidenciales del 2021. Luego de cometer una serie de irregularidades en la inscripción de su candidatura, por ejemplo, el uso de un documento de identificación que no le pertenece, es uno de los favoritos para llegar a Carondelet.

¿Podrá alguno de los candidatos a la Presidencia, a más del candidato Guillermo Lasso, enfrentarse a la millonaria campaña que el movimiento correísta está preparando para las próximas elecciones? Difícilmente no. En esta ocasión todo el aparataje montado durante una década, más los recursos provenientes de la corrupción que asaltó al país durante 10 años, financiarán la campaña de Arauz.

El correísmo logró establecer y perfeccionar una red para difamar y esparcir noticias falsas, empleando recursos públicos, a más de instaurar mecanismos de persecución y hostigamiento en redes sociales. No sorprendería que la Unión por la Esperanza (UNES), liderado por políticos de dudosa reputación, direccione un ataque sistemático para afectar la popularidad del candidato del movimiento CREO, incluso del candidato de Pachakutik. No será la primera ocasión, en las elecciones presidenciales pasadas, Correa empleó recursos públicos para manipular a la opinión, afectar la candidatura de Lasso y consagrar a Lenín Moreno como ganador de las elecciones.

Más allá de la impúdica campaña electoral que estamos prestos a vivirla en pocos meses, lo que más aterra de esta organización es su candidato fantoche. Arauz, ingenuo e incoherente, que en la mayoría de las entrevistas ha esquivado con gran dificultad los cuestionamientos de los entrevistadores, ha encendido las alarmas del populismo. ¿Podrá el Ecuador sobrevivir a un nuevo episodio de populismo y corrupción?

Con Arauz, la dolarización, el mayor patrimonio de los ecuatorianos, corre peligro. Corre peligro el sector privado como generador de empleo, corre peligro la inversión extranjera, corre peligro la frágil democracia y sus instituciones. La llegada de Arauz a la presidencia significaría el retorno del expresidente, quien usará todos los medios para condenar al país y hundirlo en un mar de corrupción e impunidad.