El heredero

Sin mérito propio llegó a la Asamblea Nacional, cobijado por el vasto capital político que heredó de su padre, un reconocido personaje que ostentó distintas dignidades de elección popular en la provincia de Tungurahua. Su progenitor al nombrarlo como su alterno lo utilizó inmoralmente para salvaguardar un curul en la Asamblea Nacional. El resultado de este pacto, deshonesto y de dudosa credibilidad, trajo una serie de eventos que afectaron la reputación política de la provincia.

Sus primeros discursos, una vez posesionado, vislumbraron a un joven político conservador: machista, homofóbico, misógino y xenofóbico. El heredero representa el típico político ecuatoriano que intenta calzar en una falsa moralidad para obtener el beneplácito de los electores en las próximas elecciones.

Contrario a su función de legislar a favor de las minorías, el favorecido atacó a la comunidad GLBTI, cuestionando rotundamente la aprobación del matrimonio civil entre parejas del mismo sexo. Condenó con su voto para que las mujeres violadas y embarazadas de su violador vayan presas si deciden abortar. Con su voto intentó sesgar la aprobación del Código Orgánico de la Salud por considerar que este legalizaría el aborto y el cambio de sexo de niñas y niños, a pesar de que él ha sido desmentido en reiteradas ocasiones.

Recientemente, a través de un video publicado en una de sus cuentas en redes sociales, insiste en que las corridas de toros con la muerte del animal regresen a las plazas taurinas del Ecuador. ¿Quién lo entiende? Un día exige la pena de muerte, otro día condena a las mujeres violadas que abortan, luego intenta legalizar el sufrimiento animal para mantener tradiciones absurdas. Con la misma boca que pronuncia el nombre de Dios para “defender la vida”, exige sufrimiento y muerte.

Con estos antecedentes, el heredero buscará mantener su curul en la Asamblea Nacional. De seguro intentará sensibilizar a los sectores más conversadores de la provincia con discursos anti-derechos, aprovechando la credibilidad de su padre. Lamentablemente, en este país la ciudadanía continuará votando por políticos que anteponen sus creencias religiosas al bienestar de mujeres y grupos vulnerables.