Aglomeración y caos en feria comunitaria en Santa Rosa

Preocupación. Varios son los problemas que se presentan en la feria.
Preocupación. Varios son los problemas que se presentan en la feria.

En Tungurahua las cifras de contagio de Covid-19, según los informes del COE nacional, continúan en incremento y hasta la fecha se contabilizan ya más de 2 mil 147 casos confirmados y 171 muertos a causa de este virus.

Sin embargo, esto no parece ser impedimento para que la ciudadanía continúe con las aglomeraciones de diferente índole.

Así en un recorrido por la zona alta de Santa Rosa en el sector de Cuatro Esquinas, se pudo observar varias irregularidades en torno a una feria que se instaló a pocos días de la emergencia sanitaria.

Preocupación

La feria se abrió en un lugar donde antes se decía se iba a construir la escuela del Milenio, con la coordinación de varias comunidades del sector, donde se explicó que se aplicaría todas las medidas de bioseguridad a fin de que no se convierta en un foco de contagio.

La comercialización empieza desde tempranas horas de la mañana, y desde diferentes puntos de la provincia acuden a esta feria, vendedores, clientes y curiosos.

“Es que se ha convertido en la principal feria del sector, incluso más grande que la de Santa Rosa centro y de otros cantones”, aseguró Mateo Verdezoto, uno de los asistentes, quien circula con frutas en su vehículo.

Según el comerciante no hay ferias en cantones como Tisaleo, Cevallos o Mocha y la gente de esos cantones llega a Cuatro Esquinas.

Decenas de personas provocan aglomeración, ciudadanos sin mascarilla, niños y adultos mayores, incluso gente libando en cada esquina es el panorama que se visualiza en el sector, pero la feria es muy acogida.

Uno de los comerciantes manifestó que en realidad se arriesga al acudir todos los domingos a esta feria, pero no le queda otra opción puesto que es el único sustento para su familia.

“Si falta más orden, aquí la gente no escucha, sería bueno que haya más control”, dijo.

Descontrol

Entre los vendedores existen puestos y camionetas de venta de agua de coco o de caña, entre las que se camufla la venta de licor artesanal, efectos que se ven más tarde cuando los libadores caen y se quedan dormidos en el sitio.

A esto se suma cinco canchas de vóley donde la gente se aglomera sin importarle si alguien puede o no estar contagiado.

De igual forma se registra la congestión vehicular a tal punto de que en pocos minutos existen disgustos y enfrentamientos por algún roce entre los carros, que circulan en el sitio y otros que permanecen estacionados.

Este medio trató de ubicar a algún dirigente de la feria, sin embargo, no se pudo contactarlos, pues los inspectores que guardan el orden en el sector aseguraron que ya se habían retirado. (FCT)