Entierran a sus muertos lejos de casa

Dolor. Solo dos personas pueden despedir a sus muertos durante la emergencia.
Dolor. Solo dos personas pueden despedir a sus muertos durante la emergencia.

El sentimiento de soledad y desolación es lo único que acompañaba a Mercedes, quien perdió a su madre en la sala de un hospital en Ambato el mes anterior.

El último día que la vio tenía su rostro cansado y debilitado, esto fue antes de entrar a la casa de salud, puesto que una vez ingresada simplemente no pudo visitarla y solo recibía noticias por parte del personal médico.

“Está evolucionando bien, hay que esperar, está estable”, es la última noticia que recibió minutos antes de que la llamaran para anunciarle que su madre falleció y es ahí donde inició su calvario, no solo por la pérdida de la mujer que le dio la vida, sino también porque se enteró que no podía llevarla a su tierra natal en Chimborazo.

Proceso

A decir de la ciudadana, a pesar de que su madre murió de un paro cardiorrespiratorio, del hospital salió con un acta de defunción donde se decía que era sospechosa para Covid-19, lo cual imposibilitaba el traslado del cadáver, según los lineamientos del Protocolo de manejo de cadáveres establecido por el COE Nacional.

“Es increíble lo que nos ha quitado este virus, acompañando a mi madre apenas estábamos mi hijo, mi hermano y yo”, dijo mientras las lágrimas recorrían sus mejillas, así mismo explicó que le informaron que no puede llevarse a su madre de la provincia y que deben enterrarla en Ambato, en un cementerio destinado ya por las autoridades.

La mujer relató que sus cuatro hermanos apenas llegaron a despedirse del cuerpo de su madre, pues no dio tiempo a nada e incluso un patrullero de la Policía los acompañó directamente al cementerio.

Dolor

Es duro despedirse de un cofre embalado, sin recuerdos, sin poder llorarle, sin poder rezarle”, comentó Roberto, otro ciudadano que perdió a su madre, quien era oriunda de Tungurahua, pero por la pandemia su cuerpo fue enterraado en un camposanto del Puyo.

Según el doliente, a pesar de implorarle a las autoridades que le permitan trasladar el cuerpo hasta su lugar natal, esto fue imposible.

Se quedó sola en un nicho comunitario, mientras toda mi familia e incluso mi padre está en un cementerio de nuestra ciudad”, dijo, además mencionó que si bien es muy doloroso no le quedó más que acatar las disposiciones.

José Quishpe, presidente de la Asociación de Funerarias de Tungurahua, manifestó que en realidad se viven momentos muy difíciles a las afueras de las casas de salud por cuanto no pueden trasladar los cadáveres a otras provincias.

Hay gente de Chimborazo, Cotopaxi y algunos de provincias más lejanas que lamentablemente se quedan aquí en Ambato”, dijo al tiempo de asegurar que los protocolos son a nivel nacional y lo que hacen las funerarias es simplemente cumplirlas. (FCT)