Para Cristina Ordóñez, jubilada de 73 años, es importante que las iglesias empiecen a abrir sus puertas, pues de esta forma la feligresía puede tener un encuentro con Dios en su casas.
“Sabemos que las condiciones no son las mimas y entendemos por todo el mal que está pasando la sociedad, por eso es bueno acercarnos al Creador para pedir por la sanación de nuestras almas, mentes, cuerpos y por el mundo en general”, dijo la mujer, que cada domingo le pide a su nieto que le ponga la misa para seguirla a través del Facebook.
Este es el sentir de cientos de devotos católicos, quienes aplauden que con el semáforo en amarillo ya se pueda visitar las iglesias.
Según la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE), el protocolo de apertura de los templo cuenta de dos fases. El primero cuando las ciudades estén en semáforo amarillo y luego en verde. Al momento las ciudades que están en amarillo pueden ingresar únicamente a orar por un tiempo no mayor a 20 minutos.
Además solo se permitirá el ingreso de las personas con aforo controlado, entre ellas existirá 1.5 metros de distancia, lo que estará señalado en las bancas para que se guarde el distanciamiento social.
Las iglesias católicas también permitirán el ingreso a las personas que deseen confesarse. Para ello los sacerdotes estarán protegidos bajo todos los protocolos de seguridad.
Adicionalmente desde la CEE se recalcó que está restringido por completo el acceso a los templos de personas mayores de 60 años, niños menores de 12 y personas con algún tipo de discapacidad o enfermedad preexistente.
Así también se recalcó que las misas se seguirán celebrando a través de las redes sociales de cada parroquia o templo. (NVP)