Desempleo, una de las huellas que deja la pandemia

Situación. Muchas personas se han sumado a la informalidad.
Situación. Muchas personas se han sumado a la informalidad.

Si conseguir un trabajo antes de la emergencia sanitaria era algo sumamente difícil, hoy la situación es mucho más compleja.

Según el último informe publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), Ambato el 2019 cerró como la cuarta ciudad con la tasa de desempleo más alta en el país y la tercera en subempleo.

La Organización Internacional de Trabajo (OIT) dio a conocer que entre marzo y mayo existiría 195 millones de desempleados en el mundo. En América Latina casi 15 millones; mientras que, en Ecuador 508 mil se sumarían a los 380 mil existentes; es decir, superará los 850 mil personas sin trabajo.

Tungurahua

Diego Proaño, representante del Colegio de Economistas de Tungurahua, manifestó que de acuerdo a estudios y simuladores de la economía desarrollados en diferentes universidades se estima que las proyecciones a nivel de la provincia, son que alrededor de 23 mil personas perderían el empleo, de las cuales entre 15 y 16 milpertenecen a Ambato.

“Hay que tener claro que estas 15 mil son personas que estaban en el empleo adecuado y muchas quedarán en el desempleo y pocos pasarán al subempleo”, dijo.

Según el experto la mayoría no cuenta ni con el capital para engrosar las filas de la informalidad, porque incluso para ello se requiere de algún pequeño recurso.

Realidad

Luego de más de 60 días de confinamiento y de mantener los locales cerrados la preocupación es que estas cifras se incrementen considerablemente, así se evidencia ya cuando varios locales comerciales han cerrado definitivamente a pesar de que al encontrarse en semáforo amarillo ya se pueden abrir.

Es el caso de Marco Toalombo, quien tenía un local de bisutería en el centro de la ciudad y aunque hizo todos los esfuerzos para soportar el confinamiento, aseguró que ahora no le queda capital para reabrir su negocio.

Caso similar vive un técnico en computación quien tenía un local en la avenida Cevallos donde expendía computadoras e insumos tecnológicos, pero aseguró que lamentablemente es insostenible el arriendo. “Lo más triste es que tuve que decir gracias a mis tres colaboradores”, dijo.

Marcia Aldás, de 22 años, era una de las empleadas de este sitio quien con nostalgia relató que tiene una hija de 5 años por “la que ahora tengo que luchar, aunque sea vendiendo frutas en la calle”, comentó.

Alejandro Freire perdió su trabajo el mes pasado, según dijo sus jefesdecidieron cerrar el negocio debido a la emergencia y ahora vende hortalizas en un barrio del sur de la ciudad.

Preocupación

Diego Mosquera, presidente de la Cámara de Comercio de Ambato, aseguró que en realidad es preocupante ver que varios negocios se cierren, ya que estos de una u otra forma generan fuentes de empleo.

“Se les acabó el músculo financiero y ahora no les quedó capital para nada, por ello se pedía que de una forma ordenada e inteligenteregresar a las actividades para minimizar esas pérdidas”, comentó. (FCT)