‘Solidaridad’ virtual…

Desde hace más de una década, los públicos mediáticos no solamente son consumidores, sino que participan, eligen, proponen y administran según sus intereses lo que consumen. Luego, no es verdad que son presas de las parrillas de programación de tal o cual medio, sino más bien corresponsables de esos contenidos.

Los medios tradicionales ocupan un espacio entre los públicos adultos y de la tercera edad, porque los más jóvenes, están interactuando a través de los denominados neomedios: redes sociales, WhatsApp y toda la gama que internet ofrece. Sin embargo, la pandemia de estos tiempos ha motivado en personas de diferentes generaciones una especie de comprometimiento con estos nuevos medios que en situaciones de encierro se ha hecho una adicción.

Los horarios y los contenidos los determina el propio usuario. Hoy mismo hay miles de videos, memes, fotografías, stickers, emojis, que contienen desde chistes, hasta informaciones.

Nada tan peligroso que este tipo de contaminación cuando no hay discrimen en la selección de contenidos o cuando deliberadamente se utilizan estos medios para alcanzar notoriedad.

Muchos de estos mensajes generalizan los hechos, los lugares y las personas. No puede ser el mismo mensaje para quien hace su cuarentena en la comodidad de su residencia, abastecido de comida, con cable y más distracciones, que para quienes no gozan de agua potable, su vivienda tiene 20m2, la habitan ocho personas, la temperatura promedio rebasa los 30 grados, los mosquitos, la insalubridad y el dengue son parte de la vida normal en estos meses de invierno.

Ojalá mañana, cuando se haya superado esta crisis sanitaria, y la problemática económica nos tome del cuello, sigamos virtualmente solidarios, pues de lo contrario se demostrará que la única motivación fue el temor a ser contagiados y no el bienestar del resto.

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