Una feria

Andrés Pachano

Habrá tiempo, se encontrará el momento adecuado, propicio; los entendidos, los profanos amantes de la tierra, harán la evaluación necesaria o simplemente comentarán del desarrollo de la Fiesta de la Fruta y de las Flores que en estos días se realiza bajo el cobijo de la simpatía de una muy linda reina que preside el jolgorio ambateño.

Habrá tiempo para comentar del tradicional desfile del domingo 23, con hermosos carros alegóricos y su profusión del color de las flores y las frutas; llegará el momento de hablar también de la extraordinaria alegoría que preside el atrio de la Catedral ambateña, hermosa, original, cada año diferente y especial; la de este año ha roto con un esquema repetido, ha salido de lo plano de las dos dimensiones para hurgar los relieves de sus formas; la Curia Diocesana, con esmero y originalidad ha producido un cambio en esta alegoría del altar que preside el inicio formal de las celebraciones, alegoría que es ícono fundamental de la identidad de la Fiesta de la Fruta.

Habrá tiempo también de señalar las improvisaciones (por decir lo menos) de ciertas exposiciones, que quiero creer son lunares molestosos dentro de todo lo bien concebido de la generalidad de estos eventos. Habrá lugar para conversar de los aún tibios esfuerzos por devolver la fiesta a los barrios, a sus ciudadanos.

Sin embargo, en esos esfuerzos innovadores, en la celebración de este año, carpas con ventas variadas se han tomado las calles Sucre y Castillo en el entorno del parque Montalvo; el falso portal del vestíbulo de la Biblioteca de la Ciudad y la Provincia es una feria de ropa. ¿Es eso la Fiesta de la Fruta y de las Flores? Cuidado destruyan su esencia, entregándola al mercachifle. Hagamos memoria con lo que pasó con los hermosos y únicos finados de entonces, hoy cooptados, a vista y paciencia de todos nosotros, por la baratija infame del plástico. Tenemos ese doloroso ejemplo, evitemos que eso ocurra con la Fiesta de la Fruta.

Quizá es hora de repensar y volver a organizar, en sitio adecuado, la Feria artesanal que antes se desarrollaba para evitar que las ventas “organizadas” y oficiales, se tomen de manera definitiva el parque Montalvo.