Dinastía y futuro

Nicolás Merizalde

Los ambateños somos como las flores, lejos de la raíz nos marchitamos. La raíz es esa conexión, ese amor tierno por nuestra ciudad que hace que las cosas tengan más brillo y mejor acabado. Esta semana, como una feliz coincidencia estuve en nuestra legendaria librería Futuro donde la nieta de su fundador, Bernarda Holguín, dio un concierto muy íntimo protegida por las estanterías llenas de historias y acompañada de un sobrio piano negro que cubría de elegancia su repertorio navideño. En esa atmósfera acogedora pude saber que viene haciendo una gira exitosa en los Estados Unidos, y que además ha sido reconocida como una de las mejores voces de Iberoamérica. Ha dado un nuevo impulso a su carrera a nivel internacional con un recorrido musical por la tradición hispanoamericana que desemboca en la obra de su abuelo, Oswaldo Barrera Valverde. Uno de nuestros ambateños más insignes, y por sobre todas las cosas poeta. Quien, además, nos regaló un rincón para criar sueños, justo frente al hogar del Cervantes de América, así de certero el destino.

Poesía y música que han brillado desde nuestra ciudad a nivel internacional, por su estilo exquisito y la autenticidad del genio puro, del talento sin tapujos. Me impresionó e inspiró el sincero amor de Bernarda por nuestra ciudad, su noble orgullo por haber nacido aquí y haber labrado su don con la esencia de nuestras calles. Por eso he querido dedicar gran parte de esta columna a su labor, como un homenaje sincero y también para alardear del tremendo potencial cultural que Ambato ha tenido a lo largo de los años. Es una agridulce verdad que los tres Juanes, han sido padres fructíferos, pero de sombra muy larga.
Por eso es necesario que mantengamos viva la memoria y el legado de todos los ambateños que han entregado su vida a la cultura, y nos han dejado una feliz y desafiante herencia.

Nicolás Merizalde

Los ambateños somos como las flores, lejos de la raíz nos marchitamos. La raíz es esa conexión, ese amor tierno por nuestra ciudad que hace que las cosas tengan más brillo y mejor acabado. Esta semana, como una feliz coincidencia estuve en nuestra legendaria librería Futuro donde la nieta de su fundador, Bernarda Holguín, dio un concierto muy íntimo protegida por las estanterías llenas de historias y acompañada de un sobrio piano negro que cubría de elegancia su repertorio navideño. En esa atmósfera acogedora pude saber que viene haciendo una gira exitosa en los Estados Unidos, y que además ha sido reconocida como una de las mejores voces de Iberoamérica. Ha dado un nuevo impulso a su carrera a nivel internacional con un recorrido musical por la tradición hispanoamericana que desemboca en la obra de su abuelo, Oswaldo Barrera Valverde. Uno de nuestros ambateños más insignes, y por sobre todas las cosas poeta. Quien, además, nos regaló un rincón para criar sueños, justo frente al hogar del Cervantes de América, así de certero el destino.

Poesía y música que han brillado desde nuestra ciudad a nivel internacional, por su estilo exquisito y la autenticidad del genio puro, del talento sin tapujos. Me impresionó e inspiró el sincero amor de Bernarda por nuestra ciudad, su noble orgullo por haber nacido aquí y haber labrado su don con la esencia de nuestras calles. Por eso he querido dedicar gran parte de esta columna a su labor, como un homenaje sincero y también para alardear del tremendo potencial cultural que Ambato ha tenido a lo largo de los años. Es una agridulce verdad que los tres Juanes, han sido padres fructíferos, pero de sombra muy larga.
Por eso es necesario que mantengamos viva la memoria y el legado de todos los ambateños que han entregado su vida a la cultura, y nos han dejado una feliz y desafiante herencia.

Nicolás Merizalde

Los ambateños somos como las flores, lejos de la raíz nos marchitamos. La raíz es esa conexión, ese amor tierno por nuestra ciudad que hace que las cosas tengan más brillo y mejor acabado. Esta semana, como una feliz coincidencia estuve en nuestra legendaria librería Futuro donde la nieta de su fundador, Bernarda Holguín, dio un concierto muy íntimo protegida por las estanterías llenas de historias y acompañada de un sobrio piano negro que cubría de elegancia su repertorio navideño. En esa atmósfera acogedora pude saber que viene haciendo una gira exitosa en los Estados Unidos, y que además ha sido reconocida como una de las mejores voces de Iberoamérica. Ha dado un nuevo impulso a su carrera a nivel internacional con un recorrido musical por la tradición hispanoamericana que desemboca en la obra de su abuelo, Oswaldo Barrera Valverde. Uno de nuestros ambateños más insignes, y por sobre todas las cosas poeta. Quien, además, nos regaló un rincón para criar sueños, justo frente al hogar del Cervantes de América, así de certero el destino.

Poesía y música que han brillado desde nuestra ciudad a nivel internacional, por su estilo exquisito y la autenticidad del genio puro, del talento sin tapujos. Me impresionó e inspiró el sincero amor de Bernarda por nuestra ciudad, su noble orgullo por haber nacido aquí y haber labrado su don con la esencia de nuestras calles. Por eso he querido dedicar gran parte de esta columna a su labor, como un homenaje sincero y también para alardear del tremendo potencial cultural que Ambato ha tenido a lo largo de los años. Es una agridulce verdad que los tres Juanes, han sido padres fructíferos, pero de sombra muy larga.
Por eso es necesario que mantengamos viva la memoria y el legado de todos los ambateños que han entregado su vida a la cultura, y nos han dejado una feliz y desafiante herencia.

Nicolás Merizalde

Los ambateños somos como las flores, lejos de la raíz nos marchitamos. La raíz es esa conexión, ese amor tierno por nuestra ciudad que hace que las cosas tengan más brillo y mejor acabado. Esta semana, como una feliz coincidencia estuve en nuestra legendaria librería Futuro donde la nieta de su fundador, Bernarda Holguín, dio un concierto muy íntimo protegida por las estanterías llenas de historias y acompañada de un sobrio piano negro que cubría de elegancia su repertorio navideño. En esa atmósfera acogedora pude saber que viene haciendo una gira exitosa en los Estados Unidos, y que además ha sido reconocida como una de las mejores voces de Iberoamérica. Ha dado un nuevo impulso a su carrera a nivel internacional con un recorrido musical por la tradición hispanoamericana que desemboca en la obra de su abuelo, Oswaldo Barrera Valverde. Uno de nuestros ambateños más insignes, y por sobre todas las cosas poeta. Quien, además, nos regaló un rincón para criar sueños, justo frente al hogar del Cervantes de América, así de certero el destino.

Poesía y música que han brillado desde nuestra ciudad a nivel internacional, por su estilo exquisito y la autenticidad del genio puro, del talento sin tapujos. Me impresionó e inspiró el sincero amor de Bernarda por nuestra ciudad, su noble orgullo por haber nacido aquí y haber labrado su don con la esencia de nuestras calles. Por eso he querido dedicar gran parte de esta columna a su labor, como un homenaje sincero y también para alardear del tremendo potencial cultural que Ambato ha tenido a lo largo de los años. Es una agridulce verdad que los tres Juanes, han sido padres fructíferos, pero de sombra muy larga.
Por eso es necesario que mantengamos viva la memoria y el legado de todos los ambateños que han entregado su vida a la cultura, y nos han dejado una feliz y desafiante herencia.