La fiesta de los toros iluminó Latacunga

TRIUNFO. Los Toreros y el ganadero a hombros, en Latacunga. (Foto: Andrea Grijalva)
TRIUNFO. Los Toreros y el ganadero a hombros, en Latacunga. (Foto: Andrea Grijalva)
TRIUNFO. Los Toreros y el ganadero a hombros, en Latacunga. (Foto: Andrea Grijalva)
TRIUNFO. Los Toreros y el ganadero a hombros, en Latacunga. (Foto: Andrea Grijalva)
TRIUNFO. Los Toreros y el ganadero a hombros, en Latacunga. (Foto: Andrea Grijalva)
TRIUNFO. Los Toreros y el ganadero a hombros, en Latacunga. (Foto: Andrea Grijalva)
TRIUNFO. Los Toreros y el ganadero a hombros, en Latacunga. (Foto: Andrea Grijalva)
TRIUNFO. Los Toreros y el ganadero a hombros, en Latacunga. (Foto: Andrea Grijalva)
MULETA. El toreo al natural de Perera. (Foto: Andrea Grijalva)
MULETA. El toreo al natural de Perera. (Foto: Andrea Grijalva)
MULETA. El toreo al natural de Perera. (Foto: Andrea Grijalva)
MULETA. El toreo al natural de Perera. (Foto: Andrea Grijalva)
MULETA. El toreo al natural de Perera. (Foto: Andrea Grijalva)
MULETA. El toreo al natural de Perera. (Foto: Andrea Grijalva)
MULETA. El toreo al natural de Perera. (Foto: Andrea Grijalva)
MULETA. El toreo al natural de Perera. (Foto: Andrea Grijalva)
MAESTRO. Ponce con la mano derecha. (Foto: Andrea Grijalva)
MAESTRO. Ponce con la mano derecha. (Foto: Andrea Grijalva)
MAESTRO. Ponce con la mano derecha. (Foto: Andrea Grijalva)
MAESTRO. Ponce con la mano derecha. (Foto: Andrea Grijalva)
MAESTRO. Ponce con la mano derecha. (Foto: Andrea Grijalva)
MAESTRO. Ponce con la mano derecha. (Foto: Andrea Grijalva)
MAESTRO. Ponce con la mano derecha. (Foto: Andrea Grijalva)
MAESTRO. Ponce con la mano derecha. (Foto: Andrea Grijalva)

Por Santiago Aguilar: Otra vez los astros se alinearon en Latacunga para que esta ciudad andina se convierta en el centro del universo taurino por la celebración de una luminosa corrida de toros en la que brillaron, con luz propia, las reses de Huagrahuasi y Triana que, a su vez, permitieron el cenit del toreo por las faenas de Enrique Ponce, David Fandila ‘El Fandi’ y Miguel Ángel Perera. Es que la terna de toreros españoles cortó un total de seis orejas y dos rabos, resultado de notables quehaceres que emocionaron a un público que, otra vez, llenó los tendidos de la plaza de toros latacungueña, que pese a la lluvia se sintió el calor del toreo del bueno.

Apenas irrumpió en la arena el primero de la tarde la secuencia de emociones se desencadenó por el sobrio capoteo de Enrique Ponce, luego los compuestos muletazos con la mano derecha desataron las ovaciones que crecieron con los cambios de mano, los pases de pecho y las poncinas de rigor; lástima que la estocada baja malogró el trasteo. Fue en cuarto con el que el maestro de valenciano consiguió la oreja, pues primorosas fueron las verónicas de recibo y tesonera la labor muletera en terrenos de las tablas. La espada cayó en lo alto y el trofeo fue exhibido en medio del afecto de los aficionados.

David Fandila ‘El Fandi’ volvió a triunfar en estas latitudes, su exuberante tauromaquia fue exhibida al detalle en los dos toros que lidió. Obtuvo una oreja del primero de su lote tras un quehacer variado tanto de capote, banderillas y muleta; sin embargo, fue con el quinto con el que ´El Fandi´ conmocionó al personal en una larga y emocionante faena frente a Rancherito de Huagrahuasi que tomó los engaños medio centenar de ocasiones, facultando el vistoso toreo de capote y una secuencia intensa de pases de todas las marcas conectados con muletazos con las rodillas en tierra. La nobleza del astado y el vibrante quehacer de David Fandila determinaron el indulto y los máximos trofeos para el torero de Granada.

Con la parroquia en estado de ebullición apareció en el ruedo Osito con la divisa de Triana que le cupo en suerte a Miguel Ángel Perera que se vació toreando en una faena de registro y memoria; tanto por la lentitud de las verónicas iniciales rematadas con dos preciosas medias como, especialmente, por una obra muleteril asombrosa de sólida hechura y precioso acabado. Fueron varias las series de derechazos de mano baja que anticiparon el monumental toreo al natural que vino a continuación, encandilando las miradas de miles de alucinados testigos. La belleza del trasteo y la bravura del astado dieron lugar a que se perdone la vida del extraordinario animal y que, un conmovido Perera, reciba las dos orejas y rabo simbólicos. En su primero el diestro borroneó con el acero una meritoria tarea.

Con ´El Fandi´, Perera y el ganadero José Luis Cobo aupados a hombros se cerró otra gran tarde en la que la raza del encierro y el talento de los toreros permitieron que la fiesta de los toros resplandezca e ilumine Latacunga.

Por Santiago Aguilar: Otra vez los astros se alinearon en Latacunga para que esta ciudad andina se convierta en el centro del universo taurino por la celebración de una luminosa corrida de toros en la que brillaron, con luz propia, las reses de Huagrahuasi y Triana que, a su vez, permitieron el cenit del toreo por las faenas de Enrique Ponce, David Fandila ‘El Fandi’ y Miguel Ángel Perera. Es que la terna de toreros españoles cortó un total de seis orejas y dos rabos, resultado de notables quehaceres que emocionaron a un público que, otra vez, llenó los tendidos de la plaza de toros latacungueña, que pese a la lluvia se sintió el calor del toreo del bueno.

Apenas irrumpió en la arena el primero de la tarde la secuencia de emociones se desencadenó por el sobrio capoteo de Enrique Ponce, luego los compuestos muletazos con la mano derecha desataron las ovaciones que crecieron con los cambios de mano, los pases de pecho y las poncinas de rigor; lástima que la estocada baja malogró el trasteo. Fue en cuarto con el que el maestro de valenciano consiguió la oreja, pues primorosas fueron las verónicas de recibo y tesonera la labor muletera en terrenos de las tablas. La espada cayó en lo alto y el trofeo fue exhibido en medio del afecto de los aficionados.

David Fandila ‘El Fandi’ volvió a triunfar en estas latitudes, su exuberante tauromaquia fue exhibida al detalle en los dos toros que lidió. Obtuvo una oreja del primero de su lote tras un quehacer variado tanto de capote, banderillas y muleta; sin embargo, fue con el quinto con el que ´El Fandi´ conmocionó al personal en una larga y emocionante faena frente a Rancherito de Huagrahuasi que tomó los engaños medio centenar de ocasiones, facultando el vistoso toreo de capote y una secuencia intensa de pases de todas las marcas conectados con muletazos con las rodillas en tierra. La nobleza del astado y el vibrante quehacer de David Fandila determinaron el indulto y los máximos trofeos para el torero de Granada.

Con la parroquia en estado de ebullición apareció en el ruedo Osito con la divisa de Triana que le cupo en suerte a Miguel Ángel Perera que se vació toreando en una faena de registro y memoria; tanto por la lentitud de las verónicas iniciales rematadas con dos preciosas medias como, especialmente, por una obra muleteril asombrosa de sólida hechura y precioso acabado. Fueron varias las series de derechazos de mano baja que anticiparon el monumental toreo al natural que vino a continuación, encandilando las miradas de miles de alucinados testigos. La belleza del trasteo y la bravura del astado dieron lugar a que se perdone la vida del extraordinario animal y que, un conmovido Perera, reciba las dos orejas y rabo simbólicos. En su primero el diestro borroneó con el acero una meritoria tarea.

Con ´El Fandi´, Perera y el ganadero José Luis Cobo aupados a hombros se cerró otra gran tarde en la que la raza del encierro y el talento de los toreros permitieron que la fiesta de los toros resplandezca e ilumine Latacunga.

Por Santiago Aguilar: Otra vez los astros se alinearon en Latacunga para que esta ciudad andina se convierta en el centro del universo taurino por la celebración de una luminosa corrida de toros en la que brillaron, con luz propia, las reses de Huagrahuasi y Triana que, a su vez, permitieron el cenit del toreo por las faenas de Enrique Ponce, David Fandila ‘El Fandi’ y Miguel Ángel Perera. Es que la terna de toreros españoles cortó un total de seis orejas y dos rabos, resultado de notables quehaceres que emocionaron a un público que, otra vez, llenó los tendidos de la plaza de toros latacungueña, que pese a la lluvia se sintió el calor del toreo del bueno.

Apenas irrumpió en la arena el primero de la tarde la secuencia de emociones se desencadenó por el sobrio capoteo de Enrique Ponce, luego los compuestos muletazos con la mano derecha desataron las ovaciones que crecieron con los cambios de mano, los pases de pecho y las poncinas de rigor; lástima que la estocada baja malogró el trasteo. Fue en cuarto con el que el maestro de valenciano consiguió la oreja, pues primorosas fueron las verónicas de recibo y tesonera la labor muletera en terrenos de las tablas. La espada cayó en lo alto y el trofeo fue exhibido en medio del afecto de los aficionados.

David Fandila ‘El Fandi’ volvió a triunfar en estas latitudes, su exuberante tauromaquia fue exhibida al detalle en los dos toros que lidió. Obtuvo una oreja del primero de su lote tras un quehacer variado tanto de capote, banderillas y muleta; sin embargo, fue con el quinto con el que ´El Fandi´ conmocionó al personal en una larga y emocionante faena frente a Rancherito de Huagrahuasi que tomó los engaños medio centenar de ocasiones, facultando el vistoso toreo de capote y una secuencia intensa de pases de todas las marcas conectados con muletazos con las rodillas en tierra. La nobleza del astado y el vibrante quehacer de David Fandila determinaron el indulto y los máximos trofeos para el torero de Granada.

Con la parroquia en estado de ebullición apareció en el ruedo Osito con la divisa de Triana que le cupo en suerte a Miguel Ángel Perera que se vació toreando en una faena de registro y memoria; tanto por la lentitud de las verónicas iniciales rematadas con dos preciosas medias como, especialmente, por una obra muleteril asombrosa de sólida hechura y precioso acabado. Fueron varias las series de derechazos de mano baja que anticiparon el monumental toreo al natural que vino a continuación, encandilando las miradas de miles de alucinados testigos. La belleza del trasteo y la bravura del astado dieron lugar a que se perdone la vida del extraordinario animal y que, un conmovido Perera, reciba las dos orejas y rabo simbólicos. En su primero el diestro borroneó con el acero una meritoria tarea.

Con ´El Fandi´, Perera y el ganadero José Luis Cobo aupados a hombros se cerró otra gran tarde en la que la raza del encierro y el talento de los toreros permitieron que la fiesta de los toros resplandezca e ilumine Latacunga.

Por Santiago Aguilar: Otra vez los astros se alinearon en Latacunga para que esta ciudad andina se convierta en el centro del universo taurino por la celebración de una luminosa corrida de toros en la que brillaron, con luz propia, las reses de Huagrahuasi y Triana que, a su vez, permitieron el cenit del toreo por las faenas de Enrique Ponce, David Fandila ‘El Fandi’ y Miguel Ángel Perera. Es que la terna de toreros españoles cortó un total de seis orejas y dos rabos, resultado de notables quehaceres que emocionaron a un público que, otra vez, llenó los tendidos de la plaza de toros latacungueña, que pese a la lluvia se sintió el calor del toreo del bueno.

Apenas irrumpió en la arena el primero de la tarde la secuencia de emociones se desencadenó por el sobrio capoteo de Enrique Ponce, luego los compuestos muletazos con la mano derecha desataron las ovaciones que crecieron con los cambios de mano, los pases de pecho y las poncinas de rigor; lástima que la estocada baja malogró el trasteo. Fue en cuarto con el que el maestro de valenciano consiguió la oreja, pues primorosas fueron las verónicas de recibo y tesonera la labor muletera en terrenos de las tablas. La espada cayó en lo alto y el trofeo fue exhibido en medio del afecto de los aficionados.

David Fandila ‘El Fandi’ volvió a triunfar en estas latitudes, su exuberante tauromaquia fue exhibida al detalle en los dos toros que lidió. Obtuvo una oreja del primero de su lote tras un quehacer variado tanto de capote, banderillas y muleta; sin embargo, fue con el quinto con el que ´El Fandi´ conmocionó al personal en una larga y emocionante faena frente a Rancherito de Huagrahuasi que tomó los engaños medio centenar de ocasiones, facultando el vistoso toreo de capote y una secuencia intensa de pases de todas las marcas conectados con muletazos con las rodillas en tierra. La nobleza del astado y el vibrante quehacer de David Fandila determinaron el indulto y los máximos trofeos para el torero de Granada.

Con la parroquia en estado de ebullición apareció en el ruedo Osito con la divisa de Triana que le cupo en suerte a Miguel Ángel Perera que se vació toreando en una faena de registro y memoria; tanto por la lentitud de las verónicas iniciales rematadas con dos preciosas medias como, especialmente, por una obra muleteril asombrosa de sólida hechura y precioso acabado. Fueron varias las series de derechazos de mano baja que anticiparon el monumental toreo al natural que vino a continuación, encandilando las miradas de miles de alucinados testigos. La belleza del trasteo y la bravura del astado dieron lugar a que se perdone la vida del extraordinario animal y que, un conmovido Perera, reciba las dos orejas y rabo simbólicos. En su primero el diestro borroneó con el acero una meritoria tarea.

Con ´El Fandi´, Perera y el ganadero José Luis Cobo aupados a hombros se cerró otra gran tarde en la que la raza del encierro y el talento de los toreros permitieron que la fiesta de los toros resplandezca e ilumine Latacunga.