Economía de un irresponsable

José Naranjo

Posee una gran fortuna y a pesar de que muchos han tratado de esquilmar sus recursos ha sido capaz de mantener a su numerosa familia por varias generaciones, sin duda heredaría de alguien que lo quiere mucho y le ayuda a soportar esos embates pero ya no sabe a qué hijo ponerle al frente de administrar sus recursos; uno que suponía iba a cuidarlos y multiplicarlos para beneficio de los demás lo malgastó en fiestas, borracheras, comilonas y en agradar a sus amigotes que ni tontos ni perezosos exigieron ostentosas farras provistas de suculentos contratos que les permitan succionar los dineros de este nuevo miembro iluso mentecato que ha llegado tan inocente a engrosar las filas de esta renovada ideología desgastada e inapropiada para su círculo familiar, pero que para sostener su afán de protagonismo tendrá que costarle y pagar derecho de piso si quiere ser incluido en esta élite de ególatras perniciosos ávidos de apropiarse de fáciles recursos sin el menor esfuerzo, claro con la anuencia de un torpe administrador que por figurar no repara en el perjuicio hacia sus hermanos. Se endeudó tanto que cuando quiere acudir a corregir el subsidio dado a la irresponsable farra, ya sus hermanos se oponen y no permiten, igual cuando quiere enderezar rumbo tampoco sus propuestas son acogidas porque su descrédito ya no es digno de confianza de las entidades crediticias apropiadas, entonces ante tal panorama acude a los chulqueros de turno, que de paso son sus consabidos amigotes, que aprietan nuevamente en pos de conseguir asfixiar a toda la familia imponiendo nuevamente condiciones y garantías casi incumplibles; ¿será que sus hermanos son capaces de entender el panorama gris que les envuelve y aportar con soluciones que no ahonden más su crisis? Esta es una simple parodia de una clase de economía entendible de lo que representa parangonar esta desgracia familiar con la actualidad de nuestro país.

José Naranjo

Posee una gran fortuna y a pesar de que muchos han tratado de esquilmar sus recursos ha sido capaz de mantener a su numerosa familia por varias generaciones, sin duda heredaría de alguien que lo quiere mucho y le ayuda a soportar esos embates pero ya no sabe a qué hijo ponerle al frente de administrar sus recursos; uno que suponía iba a cuidarlos y multiplicarlos para beneficio de los demás lo malgastó en fiestas, borracheras, comilonas y en agradar a sus amigotes que ni tontos ni perezosos exigieron ostentosas farras provistas de suculentos contratos que les permitan succionar los dineros de este nuevo miembro iluso mentecato que ha llegado tan inocente a engrosar las filas de esta renovada ideología desgastada e inapropiada para su círculo familiar, pero que para sostener su afán de protagonismo tendrá que costarle y pagar derecho de piso si quiere ser incluido en esta élite de ególatras perniciosos ávidos de apropiarse de fáciles recursos sin el menor esfuerzo, claro con la anuencia de un torpe administrador que por figurar no repara en el perjuicio hacia sus hermanos. Se endeudó tanto que cuando quiere acudir a corregir el subsidio dado a la irresponsable farra, ya sus hermanos se oponen y no permiten, igual cuando quiere enderezar rumbo tampoco sus propuestas son acogidas porque su descrédito ya no es digno de confianza de las entidades crediticias apropiadas, entonces ante tal panorama acude a los chulqueros de turno, que de paso son sus consabidos amigotes, que aprietan nuevamente en pos de conseguir asfixiar a toda la familia imponiendo nuevamente condiciones y garantías casi incumplibles; ¿será que sus hermanos son capaces de entender el panorama gris que les envuelve y aportar con soluciones que no ahonden más su crisis? Esta es una simple parodia de una clase de economía entendible de lo que representa parangonar esta desgracia familiar con la actualidad de nuestro país.

José Naranjo

Posee una gran fortuna y a pesar de que muchos han tratado de esquilmar sus recursos ha sido capaz de mantener a su numerosa familia por varias generaciones, sin duda heredaría de alguien que lo quiere mucho y le ayuda a soportar esos embates pero ya no sabe a qué hijo ponerle al frente de administrar sus recursos; uno que suponía iba a cuidarlos y multiplicarlos para beneficio de los demás lo malgastó en fiestas, borracheras, comilonas y en agradar a sus amigotes que ni tontos ni perezosos exigieron ostentosas farras provistas de suculentos contratos que les permitan succionar los dineros de este nuevo miembro iluso mentecato que ha llegado tan inocente a engrosar las filas de esta renovada ideología desgastada e inapropiada para su círculo familiar, pero que para sostener su afán de protagonismo tendrá que costarle y pagar derecho de piso si quiere ser incluido en esta élite de ególatras perniciosos ávidos de apropiarse de fáciles recursos sin el menor esfuerzo, claro con la anuencia de un torpe administrador que por figurar no repara en el perjuicio hacia sus hermanos. Se endeudó tanto que cuando quiere acudir a corregir el subsidio dado a la irresponsable farra, ya sus hermanos se oponen y no permiten, igual cuando quiere enderezar rumbo tampoco sus propuestas son acogidas porque su descrédito ya no es digno de confianza de las entidades crediticias apropiadas, entonces ante tal panorama acude a los chulqueros de turno, que de paso son sus consabidos amigotes, que aprietan nuevamente en pos de conseguir asfixiar a toda la familia imponiendo nuevamente condiciones y garantías casi incumplibles; ¿será que sus hermanos son capaces de entender el panorama gris que les envuelve y aportar con soluciones que no ahonden más su crisis? Esta es una simple parodia de una clase de economía entendible de lo que representa parangonar esta desgracia familiar con la actualidad de nuestro país.

José Naranjo

Posee una gran fortuna y a pesar de que muchos han tratado de esquilmar sus recursos ha sido capaz de mantener a su numerosa familia por varias generaciones, sin duda heredaría de alguien que lo quiere mucho y le ayuda a soportar esos embates pero ya no sabe a qué hijo ponerle al frente de administrar sus recursos; uno que suponía iba a cuidarlos y multiplicarlos para beneficio de los demás lo malgastó en fiestas, borracheras, comilonas y en agradar a sus amigotes que ni tontos ni perezosos exigieron ostentosas farras provistas de suculentos contratos que les permitan succionar los dineros de este nuevo miembro iluso mentecato que ha llegado tan inocente a engrosar las filas de esta renovada ideología desgastada e inapropiada para su círculo familiar, pero que para sostener su afán de protagonismo tendrá que costarle y pagar derecho de piso si quiere ser incluido en esta élite de ególatras perniciosos ávidos de apropiarse de fáciles recursos sin el menor esfuerzo, claro con la anuencia de un torpe administrador que por figurar no repara en el perjuicio hacia sus hermanos. Se endeudó tanto que cuando quiere acudir a corregir el subsidio dado a la irresponsable farra, ya sus hermanos se oponen y no permiten, igual cuando quiere enderezar rumbo tampoco sus propuestas son acogidas porque su descrédito ya no es digno de confianza de las entidades crediticias apropiadas, entonces ante tal panorama acude a los chulqueros de turno, que de paso son sus consabidos amigotes, que aprietan nuevamente en pos de conseguir asfixiar a toda la familia imponiendo nuevamente condiciones y garantías casi incumplibles; ¿será que sus hermanos son capaces de entender el panorama gris que les envuelve y aportar con soluciones que no ahonden más su crisis? Esta es una simple parodia de una clase de economía entendible de lo que representa parangonar esta desgracia familiar con la actualidad de nuestro país.