El ecuatoriano IV

Patricio Durán

El célebre naturista y explorador prusiano Alexander Von Humboldt, acuñó hace unos 160 años la famosa frase: “Los ecuatorianos son seres raros y únicos: duermen tranquilos en medio de crujientes volcanes, viven pobres en medio de incomparables riquezas y se alegran con música triste”. Creo que es pertinente resaltar que la frase de Humboldt no ha perdido vigencia, ya que seguimos siendo raros, porque no de otra manera se explica que cada vez que hay elecciones escojamos a los peores gobernantes, especialmente el de la “década infame”. De ahí que Santa Marianita de Jesús profetizara que el Ecuador se destruiría no por catástrofes naturales –como las erupciones de los crujientes volcanes- sino por los malos gobiernos. Los ecuatorianos seguimos siendo pobres en medio de incomparables riquezas como la minería, el petróleo, los recursos naturales, etc., que ha servido únicamente para que unos pocos ecuatorianos “vivos” se enriquezcan en desmedro del sufrido y aguantador pueblo ecuatoriano. Y que los ecuatorianos nos alegramos con música triste no hay la menor duda, pues seguimos bailando al ritmo de gobiernos corruptos que nos van sumergiendo, día a día, en la miseria, y eso sí que es muy triste.

Los ecuatorianos nos quejamos y les caemos a puñetes y patadas a los agentes de tránsito porque nos ponen una multa por una infracción cometida, aunque estos agentes a veces abusan de su autoridad, son prepotentes y piden dinero para no multarnos y claro, nosotros, felices, preferimos darles su “aletazo” o coima para no tener que pagar por la infracción cometida. La “viveza criolla” nos pasa una gran factura, y no escarmentamos nada.

No cabe duda que nuestros gobernantes son el reflejo del tipo de sociedad que somos, por lo tanto, los ecuatorianos tenemos los gobernantes que nos merecemos. Continuará.

Patricio Durán

El célebre naturista y explorador prusiano Alexander Von Humboldt, acuñó hace unos 160 años la famosa frase: “Los ecuatorianos son seres raros y únicos: duermen tranquilos en medio de crujientes volcanes, viven pobres en medio de incomparables riquezas y se alegran con música triste”. Creo que es pertinente resaltar que la frase de Humboldt no ha perdido vigencia, ya que seguimos siendo raros, porque no de otra manera se explica que cada vez que hay elecciones escojamos a los peores gobernantes, especialmente el de la “década infame”. De ahí que Santa Marianita de Jesús profetizara que el Ecuador se destruiría no por catástrofes naturales –como las erupciones de los crujientes volcanes- sino por los malos gobiernos. Los ecuatorianos seguimos siendo pobres en medio de incomparables riquezas como la minería, el petróleo, los recursos naturales, etc., que ha servido únicamente para que unos pocos ecuatorianos “vivos” se enriquezcan en desmedro del sufrido y aguantador pueblo ecuatoriano. Y que los ecuatorianos nos alegramos con música triste no hay la menor duda, pues seguimos bailando al ritmo de gobiernos corruptos que nos van sumergiendo, día a día, en la miseria, y eso sí que es muy triste.

Los ecuatorianos nos quejamos y les caemos a puñetes y patadas a los agentes de tránsito porque nos ponen una multa por una infracción cometida, aunque estos agentes a veces abusan de su autoridad, son prepotentes y piden dinero para no multarnos y claro, nosotros, felices, preferimos darles su “aletazo” o coima para no tener que pagar por la infracción cometida. La “viveza criolla” nos pasa una gran factura, y no escarmentamos nada.

No cabe duda que nuestros gobernantes son el reflejo del tipo de sociedad que somos, por lo tanto, los ecuatorianos tenemos los gobernantes que nos merecemos. Continuará.

Patricio Durán

El célebre naturista y explorador prusiano Alexander Von Humboldt, acuñó hace unos 160 años la famosa frase: “Los ecuatorianos son seres raros y únicos: duermen tranquilos en medio de crujientes volcanes, viven pobres en medio de incomparables riquezas y se alegran con música triste”. Creo que es pertinente resaltar que la frase de Humboldt no ha perdido vigencia, ya que seguimos siendo raros, porque no de otra manera se explica que cada vez que hay elecciones escojamos a los peores gobernantes, especialmente el de la “década infame”. De ahí que Santa Marianita de Jesús profetizara que el Ecuador se destruiría no por catástrofes naturales –como las erupciones de los crujientes volcanes- sino por los malos gobiernos. Los ecuatorianos seguimos siendo pobres en medio de incomparables riquezas como la minería, el petróleo, los recursos naturales, etc., que ha servido únicamente para que unos pocos ecuatorianos “vivos” se enriquezcan en desmedro del sufrido y aguantador pueblo ecuatoriano. Y que los ecuatorianos nos alegramos con música triste no hay la menor duda, pues seguimos bailando al ritmo de gobiernos corruptos que nos van sumergiendo, día a día, en la miseria, y eso sí que es muy triste.

Los ecuatorianos nos quejamos y les caemos a puñetes y patadas a los agentes de tránsito porque nos ponen una multa por una infracción cometida, aunque estos agentes a veces abusan de su autoridad, son prepotentes y piden dinero para no multarnos y claro, nosotros, felices, preferimos darles su “aletazo” o coima para no tener que pagar por la infracción cometida. La “viveza criolla” nos pasa una gran factura, y no escarmentamos nada.

No cabe duda que nuestros gobernantes son el reflejo del tipo de sociedad que somos, por lo tanto, los ecuatorianos tenemos los gobernantes que nos merecemos. Continuará.

Patricio Durán

El célebre naturista y explorador prusiano Alexander Von Humboldt, acuñó hace unos 160 años la famosa frase: “Los ecuatorianos son seres raros y únicos: duermen tranquilos en medio de crujientes volcanes, viven pobres en medio de incomparables riquezas y se alegran con música triste”. Creo que es pertinente resaltar que la frase de Humboldt no ha perdido vigencia, ya que seguimos siendo raros, porque no de otra manera se explica que cada vez que hay elecciones escojamos a los peores gobernantes, especialmente el de la “década infame”. De ahí que Santa Marianita de Jesús profetizara que el Ecuador se destruiría no por catástrofes naturales –como las erupciones de los crujientes volcanes- sino por los malos gobiernos. Los ecuatorianos seguimos siendo pobres en medio de incomparables riquezas como la minería, el petróleo, los recursos naturales, etc., que ha servido únicamente para que unos pocos ecuatorianos “vivos” se enriquezcan en desmedro del sufrido y aguantador pueblo ecuatoriano. Y que los ecuatorianos nos alegramos con música triste no hay la menor duda, pues seguimos bailando al ritmo de gobiernos corruptos que nos van sumergiendo, día a día, en la miseria, y eso sí que es muy triste.

Los ecuatorianos nos quejamos y les caemos a puñetes y patadas a los agentes de tránsito porque nos ponen una multa por una infracción cometida, aunque estos agentes a veces abusan de su autoridad, son prepotentes y piden dinero para no multarnos y claro, nosotros, felices, preferimos darles su “aletazo” o coima para no tener que pagar por la infracción cometida. La “viveza criolla” nos pasa una gran factura, y no escarmentamos nada.

No cabe duda que nuestros gobernantes son el reflejo del tipo de sociedad que somos, por lo tanto, los ecuatorianos tenemos los gobernantes que nos merecemos. Continuará.