Comentarios obligados

Jaime López

UNO: en la acumulación de tristezas y protestas contenidas, que todos tenemos, en lo que queda de nuestro hermoso país, su Asamblea que es la que debe encargarse de

bien encaminar a lo que muchos creen que es el pueblo mandante, para que siga pensando que la utopía democrática todavía es posible, ciertos integrantes de las bancadas hace rato rotuladas como aborregados creyentes y militantes, sin vergüenza ni pudor alguno, publicitan sus equivocadas interpretaciones subjetivas del mamotreto constitucional. Sin sentir el dolor de los y las adolescentes violadas por sus profesores, en muchos casos, o por desquiciados paranoicos vestidos con o sin sotana que habitan templos o recintos, ciertos asambleístas manifiestan que el violador, una vez que ha cumplido su condena, tiene el derecho de trabajar en colegios, universidades, es decir, tiene el pleno derecho de ejercer su acción nuevamente en contacto con los adolescentes. Y se oponen a quienes proclaman su voz de alerta para que se le impida al delincuente trabajar nuevamente con adolescentes. Dicen que el derecho al trabajo es principio constitucional. Olvidan que quienes fueron violados tienen el pleno derecho de que los consideremos integrantes de nuestra conciencia para asumir respaldo y defensa donde sea, como sea y cuando sea, para que las violaciones no se incrementen. Si no, olvidemos lo que es vivir y sentir.

DOS: El famoso decreto 883 pasará a la historia seguramente patentado de la misma manera que el 30S, a pesar de que sus mentalizadores ya no lo nombran. Autores y detractores siguen nadando en aguas profundas, corriendo el riesgo de que se repitan los 12 días de barbarie, los unos empeñados en que se llegue a comprender, entre otras cosas, el nuevo sistema de tributación, explicado en todas las pantallas diariamente por los mismos protagonistas con tecnicismos mediáticos que pocos entienden. Los otros, convertidos en muñecos de tirititeros se empeñan en ser ciudadanos de otro país inmerso en el Ecuador que nuestra historia nos conformó a tiempo para que siga el orgullo de seguir siendo sus habitantes y no se distorsione por conveniencias el pluriculturalismo convertido en máscara para disfrazar la dictadura barata que siguen ejerciendo sus capitalistas dirigentes, a los que nadie les pide cuentas sobre su patrimonio y el origen del mismo, que a lo peor proviene de lejos de nuestras fronteras. Se creen ciudadanos de otro país, plurinacional manipulando groseramente su significado para que la nacionalidad ecuatoriana desaparezca.

Jaime López

UNO: en la acumulación de tristezas y protestas contenidas, que todos tenemos, en lo que queda de nuestro hermoso país, su Asamblea que es la que debe encargarse de

bien encaminar a lo que muchos creen que es el pueblo mandante, para que siga pensando que la utopía democrática todavía es posible, ciertos integrantes de las bancadas hace rato rotuladas como aborregados creyentes y militantes, sin vergüenza ni pudor alguno, publicitan sus equivocadas interpretaciones subjetivas del mamotreto constitucional. Sin sentir el dolor de los y las adolescentes violadas por sus profesores, en muchos casos, o por desquiciados paranoicos vestidos con o sin sotana que habitan templos o recintos, ciertos asambleístas manifiestan que el violador, una vez que ha cumplido su condena, tiene el derecho de trabajar en colegios, universidades, es decir, tiene el pleno derecho de ejercer su acción nuevamente en contacto con los adolescentes. Y se oponen a quienes proclaman su voz de alerta para que se le impida al delincuente trabajar nuevamente con adolescentes. Dicen que el derecho al trabajo es principio constitucional. Olvidan que quienes fueron violados tienen el pleno derecho de que los consideremos integrantes de nuestra conciencia para asumir respaldo y defensa donde sea, como sea y cuando sea, para que las violaciones no se incrementen. Si no, olvidemos lo que es vivir y sentir.

DOS: El famoso decreto 883 pasará a la historia seguramente patentado de la misma manera que el 30S, a pesar de que sus mentalizadores ya no lo nombran. Autores y detractores siguen nadando en aguas profundas, corriendo el riesgo de que se repitan los 12 días de barbarie, los unos empeñados en que se llegue a comprender, entre otras cosas, el nuevo sistema de tributación, explicado en todas las pantallas diariamente por los mismos protagonistas con tecnicismos mediáticos que pocos entienden. Los otros, convertidos en muñecos de tirititeros se empeñan en ser ciudadanos de otro país inmerso en el Ecuador que nuestra historia nos conformó a tiempo para que siga el orgullo de seguir siendo sus habitantes y no se distorsione por conveniencias el pluriculturalismo convertido en máscara para disfrazar la dictadura barata que siguen ejerciendo sus capitalistas dirigentes, a los que nadie les pide cuentas sobre su patrimonio y el origen del mismo, que a lo peor proviene de lejos de nuestras fronteras. Se creen ciudadanos de otro país, plurinacional manipulando groseramente su significado para que la nacionalidad ecuatoriana desaparezca.

Jaime López

UNO: en la acumulación de tristezas y protestas contenidas, que todos tenemos, en lo que queda de nuestro hermoso país, su Asamblea que es la que debe encargarse de

bien encaminar a lo que muchos creen que es el pueblo mandante, para que siga pensando que la utopía democrática todavía es posible, ciertos integrantes de las bancadas hace rato rotuladas como aborregados creyentes y militantes, sin vergüenza ni pudor alguno, publicitan sus equivocadas interpretaciones subjetivas del mamotreto constitucional. Sin sentir el dolor de los y las adolescentes violadas por sus profesores, en muchos casos, o por desquiciados paranoicos vestidos con o sin sotana que habitan templos o recintos, ciertos asambleístas manifiestan que el violador, una vez que ha cumplido su condena, tiene el derecho de trabajar en colegios, universidades, es decir, tiene el pleno derecho de ejercer su acción nuevamente en contacto con los adolescentes. Y se oponen a quienes proclaman su voz de alerta para que se le impida al delincuente trabajar nuevamente con adolescentes. Dicen que el derecho al trabajo es principio constitucional. Olvidan que quienes fueron violados tienen el pleno derecho de que los consideremos integrantes de nuestra conciencia para asumir respaldo y defensa donde sea, como sea y cuando sea, para que las violaciones no se incrementen. Si no, olvidemos lo que es vivir y sentir.

DOS: El famoso decreto 883 pasará a la historia seguramente patentado de la misma manera que el 30S, a pesar de que sus mentalizadores ya no lo nombran. Autores y detractores siguen nadando en aguas profundas, corriendo el riesgo de que se repitan los 12 días de barbarie, los unos empeñados en que se llegue a comprender, entre otras cosas, el nuevo sistema de tributación, explicado en todas las pantallas diariamente por los mismos protagonistas con tecnicismos mediáticos que pocos entienden. Los otros, convertidos en muñecos de tirititeros se empeñan en ser ciudadanos de otro país inmerso en el Ecuador que nuestra historia nos conformó a tiempo para que siga el orgullo de seguir siendo sus habitantes y no se distorsione por conveniencias el pluriculturalismo convertido en máscara para disfrazar la dictadura barata que siguen ejerciendo sus capitalistas dirigentes, a los que nadie les pide cuentas sobre su patrimonio y el origen del mismo, que a lo peor proviene de lejos de nuestras fronteras. Se creen ciudadanos de otro país, plurinacional manipulando groseramente su significado para que la nacionalidad ecuatoriana desaparezca.

Jaime López

UNO: en la acumulación de tristezas y protestas contenidas, que todos tenemos, en lo que queda de nuestro hermoso país, su Asamblea que es la que debe encargarse de

bien encaminar a lo que muchos creen que es el pueblo mandante, para que siga pensando que la utopía democrática todavía es posible, ciertos integrantes de las bancadas hace rato rotuladas como aborregados creyentes y militantes, sin vergüenza ni pudor alguno, publicitan sus equivocadas interpretaciones subjetivas del mamotreto constitucional. Sin sentir el dolor de los y las adolescentes violadas por sus profesores, en muchos casos, o por desquiciados paranoicos vestidos con o sin sotana que habitan templos o recintos, ciertos asambleístas manifiestan que el violador, una vez que ha cumplido su condena, tiene el derecho de trabajar en colegios, universidades, es decir, tiene el pleno derecho de ejercer su acción nuevamente en contacto con los adolescentes. Y se oponen a quienes proclaman su voz de alerta para que se le impida al delincuente trabajar nuevamente con adolescentes. Dicen que el derecho al trabajo es principio constitucional. Olvidan que quienes fueron violados tienen el pleno derecho de que los consideremos integrantes de nuestra conciencia para asumir respaldo y defensa donde sea, como sea y cuando sea, para que las violaciones no se incrementen. Si no, olvidemos lo que es vivir y sentir.

DOS: El famoso decreto 883 pasará a la historia seguramente patentado de la misma manera que el 30S, a pesar de que sus mentalizadores ya no lo nombran. Autores y detractores siguen nadando en aguas profundas, corriendo el riesgo de que se repitan los 12 días de barbarie, los unos empeñados en que se llegue a comprender, entre otras cosas, el nuevo sistema de tributación, explicado en todas las pantallas diariamente por los mismos protagonistas con tecnicismos mediáticos que pocos entienden. Los otros, convertidos en muñecos de tirititeros se empeñan en ser ciudadanos de otro país inmerso en el Ecuador que nuestra historia nos conformó a tiempo para que siga el orgullo de seguir siendo sus habitantes y no se distorsione por conveniencias el pluriculturalismo convertido en máscara para disfrazar la dictadura barata que siguen ejerciendo sus capitalistas dirigentes, a los que nadie les pide cuentas sobre su patrimonio y el origen del mismo, que a lo peor proviene de lejos de nuestras fronteras. Se creen ciudadanos de otro país, plurinacional manipulando groseramente su significado para que la nacionalidad ecuatoriana desaparezca.