‘Paren de matarnos’, el pedido de las favelas en Río

ANGUSTIA. Los familiares de Ágatha, una niña de ocho años muerta por un disparo de fusil, la enterraron ayer.
ANGUSTIA. Los familiares de Ágatha, una niña de ocho años muerta por un disparo de fusil, la enterraron ayer.

Redacción RÍO DE JANEIRO

EFE

En las favelas del Complejo de Alemao, el “despertador son los tiros”. La violencia se ha apoderado de esta empobrecida barriada donde decenas de personas salieron ayer a las calles para exigir justicia por la muerte de la pequeña Ágatha, de tan solo ocho años.

La niña regresaba a su casa la noche del viernes cuando recibió un disparo de fusil en la espalda durante una operación policial. Su cuerpo sin vida fue enterrado ayer por familiares, vecinos y amigos que clamaron por el fin de los asesinatos en las regiones marginales de Río de Janeiro.

“Este es el arma con la que ella jugaba: el lápiz y el cuaderno”, exclamó indignado su abuelo, Ailton Félix, mientras sujetaba en sus manos la muñeca con la que Ágatha solía divertirse.

La indignación y la conmoción se apoderaron de esta favela donde vivía la pequeña, una niña de notas 10, que hablaba inglés y practicaba ballet, como recordó su abuelo, encolerizado por la pérdida de su nieta.

Con globos amarillos en señal de paz, más de un centenar de personas protestaron a las puertas del Complejo de Alemao, en la zona norte de Río, para suplicar el fin de la violencia que azota la favela y a sus vecinos. ‘Paren de matarnos’, rezaba un cartel blanco con letras rojas escritas a mano.

Situación
Según datos del Instituto de Seguridad Pública de Río de Janeiro, entre enero y julio de este año, 1.075 personas murieron en operaciones policiales en esta ciudad brasileña, un número un 20% superior al del mismo período del año pasado.

Las escenas de violencia se repiten desde hace años en Río de Janeiro, donde el enfrentamiento entre grupos delictivos por el control del tráfico de drogas y la ‘guerra’ librada contra la policía dejan año tras año miles de víctimas inocentes.