Tiempo de luchar

Ángel Polibio Chaves

El Eclesiastés señala que hay un tiempo propicio para todo; …hay un tiempo para amar, y tiempo para odiar; tiempo para la guerra; y tiempo para la paz. Se ha dicho igualmente que las cosas malas suceden no porque los que obran mal sean los más fuertes o los más astutos, sino porque los hombres de bien, que son más, lo permiten por su inacción.

A medida que discurre el tiempo en este siglo, miramos una serie de hechos y de circunstancias que en modo alguno nos satisfacen y no solamente que no nos satisfacen, sino que constituyen un verdadero atentado al sentido común y al orden natural de las cosas: la corrupción en el ámbito de la administración pública, con la complicidad de sectores privados, pues tan responsable es el que ofrece como el que recibe; el abuso de las facultades que confiere la Ley a autoridades, jueces y fiscales; el atropello a la Constitución por parte de quienes como jueces constitucionales tienen como primera obligación respetarla, y se atreven a reformarla a través de decisiones espurias, es algo que se va tornando en pan de todos los días, y los ciudadanos comunes solamente vemos mirar las cosas; nos limitamos a lamentarnos, pero nuestra actitud es absolutamente pasiva.

Por ello, me he atrevido a señalar que es tiempo de luchar: luchar contra la corrupción; luchar contra la impunidad; luchar contra la desidia, contra la desvergüenza. Ya es hora de utilizar los débiles instrumentos de organización social para decir a quienes obran o han obrado mal, que el Ecuador no es tierra de nadie; que somos alrededor de diez y seis millones de gente buena que quiere a este país y que no estamos dispuestos a dejar que nos arrastre la historia a la situación de país fallido, porque no hemos tenido la decisión de evitarlo.