“Escucho a mis primos y desde ahora tengo temor de la prueba ‘Ser Bachiller’ que debo rendir el próximo año”, dijo Sebastián Llerena, de 17 años que estudia en un colegio particular de la ciudad.

Su mamá María Esther Rosales, empleada privada, cuenta que está haciendo los ajustes necesarios en su economía para contar con los recursos que le permitan poner a su hijo en un preuniversitario para que acuda preparado a este examen.

En qué consiste esta prueba

Este examen evalúa el desarrollo de las aptitudes y destrezas que los estudiantes deben alcanzar al culminar el bachillerato, esta es necesaria para que los estudiantes puedan seguir caminando hacia su formación académica de tercer nivel.

Con ella se determina el 30% de la nota final del bachillerato, a esto se le suma el 40% correspondiente a todo el bachillerato y en 30% restante es del nivel básico superior (de octavo a décimo año), todo esto es necesario para la graduación.

La nota de grado se califica en una escala del uno al 10, aquí siete es la calificación mínima que debe alcanzar el estudiante para su promoción; mientras que la puntuación para para el ingreso a la universidad que se medirá será sobre mil puntos y considera la totalidad de la prueba.

Ineval

Edwin Palma, director ejecutivo del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineval), señaló que a este periodo en el régimen Sierra y Amazonía se convocó a 225 mil 767 jóvenes, 127 mil 419 estudiantes de tercero de bachillerato y 98 mil 348 son personas graduadas en años anteriores que buscan un cupo para la universidad.

Indicó que este proceso es de vital importancia, pues recién se podrá evaluar de manera más real el conocimiento de los estudiantes, pues se hicieron modificaciones para que las preguntas sean mucho más comprensibles para quienes van a rendir el examen.

“Lo que queremos es saber lo que realmente los jóvenes están aprendiendo en las aulas de clases, por eso se han hecho los cambios necesarios para que la prueba sea más accesible y se adapten a quienes van a ser evaluados”, dijo Palma.

Además, la autoridad comentó que con los resultados que se obtengan del proceso de evaluación de junio será un punto de partida para ver las mejoras que deben hacerse para que el examen se convierta en una herramienta que brinde un aspecto más cierto de la realidad por la que atraviesa el sistema educativo en el país.

Realidad

David Castillo, maestro de nivel secundario de una institución privada de la ciudad, comentó que la prueba no sería una muestra fiel de lo que ocurre dentro de las instituciones educativas, y aseguró que existe un divorcio entre lo que está en el pensum de estudio y lo que se toma en el examen.

Sostuvo que el conocer eso es lo que motiva a los padres a hacer todos los esfuerzos posibles porque sus hijos ingresen a aprender en cuatro o cinco meses lo que no han comprendido o desarrollado dentro de las aulas de clases.

Sobre este particular Carlos Zurita, director del Centro de Estudios ‘Quality Up’, comentó que si se ha evidenciado esta desvinculación entre lo aprendido en el colegio con lo que se evalúa en la prueba, lo que según su criterio son cosas que deben irse puliendo.

Señaló que este examen si es una buena herramienta para reflejar cuánto saben los chicos porque evalúa mucho su capacidad de razonamiento, pero que debe ser utilizada de mejor manera.

Puntajes

A nivel nacional por los resultados que obtiene cada institución educativa luego del ‘Ser Bachiller’, se posicionan como los mejor puntuados dados al promedio de la calificación obtenida por sus estudiantes, sin embargo, el maestro David Castillo comenta que eso no reflejaría la realidad de los colegios, ya que son los preuniversitarios los que cubrirían las falencias de conocimientos que puedan tener los jóvenes.

En Tungurahua de los 50 colegios mejor puntuados en el año lectivo 2017-2018 según el Ineval, 31 son instituciones públicas, dos de administración mixta y 17 son instituciones particulares. De las unidades educativas 35 están concentradas en Ambato y 15 en cantones como Pelileo, Píllaro, Quero, Baños, Cevallos y Tisaleo.

Carlos Zurita comentó que los bajos resultados que puedan darse en la prueba no serían responsabilidad solamente de los colegios, sino de todo el sistema educativo en donde se evalúa lo que los estudiantes hayan aprendido de manera mecánica, sin que exista un real razonamiento de por medio.

Deficiencias

Diana Guerra, psicóloga y docente, manifiesta que en el aula de clases a los jóvenes se les enseña a memorizar por repetición y no de manera razonada en la que se pueda crear un concepto real en la mente de los jóvenes de lo que implica cada cosa que está aprendiendo.

Criterio reforzado por Zurita, quien dijo que en los ocho años que llevan de funcionamiento en la provincia ‘Quality Up’ se han encontrado con que las dos mayores falencias que han logrado evidenciar están en las matemáticas que tiene un proceso educativo no razonado, y la falta de comprensión lectora por parte de los estudiantes.

Denuncias e irregularidades

En un medio de comunicación a nivel nacional (Teleamazonas) se denunció que existen estafas respecto a los cupos para el ingreso a las universidades, sin embargo, estas no serían las únicas anomalías que se presentarían en el examen ‘Ser Bachiller’, puesto que también hay quienes aseguran que se filtran los exámenes que luego son comercializados en precios que sobrepasan inclusive los 300 dólares.

Sobre el particular Edwin Palma, director ejecutivo del Ineval, señaló que respecto a todas las denuncias presentadas ya están en investigación en la Fiscalía, pues no se va a permitir que se juegue con el futuro de los jóvenes. Añadió que en caso de que el sistema haya sido vulnerado reciben una alerta temprana y se toman los correctivos de manera inmediata.

Comentó que con uno de los problemas que sí se han encontrado, es que en territorio no existen los controles necesarios en los establecimientos educativos y por ende los jóvenes eventualmente podrían filtrar imágenes o videos de los exámenes en las redes sociales, dijo que cuando se detecta este tipo de cosas se hace un refrescamiento de los ítems en la evaluación para descartar las preguntas filtradas.

Añadió que para evitar este tipo de cosas se mejorará la prueba para que sea mucho más comprendida por los jóvenes y así se deje de recurrir a este tipo de prácticas para pasarlo.

Como una inversión educativa ve Jimena Gonsález al ahorro que está haciendo para que su hijo Camilo pueda ingresar el próximo año a un preuniversitario, y con ello logre un cupo para la universidad.

“He estado haciendo las averiguaciones y el más barato cobra 500 dólares, pero a eso hay que sumarle todo lo que implica ir a estudiar, así que nos hemos ajustado para que el próximo año este desembolso no nos coja en apuros”, dijo la madre de familia que trabaja en una institución pública.

Juan Manuel Sánchez, tiene mellizos que estudian en segundo año de bachillerato, y cuenta que como sea tiene que ponerlos en un preuniversitario si quiere que ingresen a la universidad. “Por los hijos y su bien uno hace lo que sea, así que este año tenemos que ver de dónde sacamos plata para que los muchachos puedan tener acceso a un mejor futuro”.