Igualdad en el amor

Daniel Jerez

Durante la historia, han existido y existen luchas por consecución, reivindicación y garantía de derechos fundamentales en la vida de los seres humanos, el denominador común de estas luchas es que siempre fueron impulsadas por minorías. Hoy nuestro país le dice SÍ al matrimonio civil igualitario, en medio de una polémica que va más allá de la razón y la supuesta tolerancia, en el contexto tradicional de esos mandamientos superiores que nos dicen “ámense los unos a los otros”, ahora ese grupo de prójimos consiguen amarse bajo el mismo paraguas de hombres y mujeres que acceden a derechos civiles por contraer matrimonio.

Resultado de una sociedad inequitativa, machista e irrespetuosa justificada muchas veces por un credo, vemos opiniones llenas de odio y calificativos que discriminan al que están llamados a amar según su doctrina. El Ecuador, hoy vive nuevos aires de igualdad al conseguir un legítimo derecho de personas que como tu o como yo pueden contraer matrimonio civil con el ser que aman para poder ser libres y no discriminados. Al recorrer la historia podemos constatar que en esa época tradicionalista existieron similares reacciones cuando se otorgó el voto a las mujeres o cuando la homosexualidad fue despenalizada, entendamos que el reconocimiento de los derechos siempre será positivo para una sociedad.

Seguro existirán marchas de personas que aparentemente defienden la vida o a sus hijos, a quienes estamos llamados a sembrar amor, orando todos los domingos y ahora afirman como una aberración o peor aún que esto pone en duda la moral o los valores de la familia ecuatoriana, sin embargo, muchas veces callan ante la violencia machista de un matrimonio bien visto y supuestamente bien configurado, además, de políticos o figuras públicas que proponen mecanismos para desvirtuar esta legal consecución de derechos. El amor, queridos amigos, probablemente no tiene significado semántico, pero sí se trata de respeto e igualdad para todos.

Nuestro país es el número 28 y el quinto en américa latina uniéndose a Colombia, Brasil, Argentina y Uruguay que aprueba el matrimonio civil igualitario, hecho que sin duda rompe paradigmas y busca tener un país no excluyente para vivir.