Theresa May dimite derrotada por el Brexit

COMICIOS. La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, y su marido Phillip, salen tras votar en un colegio electoral. Más de 40 millones de británicos fueron a las elecciones europeas con el fin de elegir a sus 73 eurodiputados. (EFE)
COMICIOS. La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, y su marido Phillip, salen tras votar en un colegio electoral. Más de 40 millones de británicos fueron a las elecciones europeas con el fin de elegir a sus 73 eurodiputados. (EFE)

Redacción LONDRES,
AFP

Visiblemente emocionada y con la voz quebrada, la primera ministra británica Theresa May anunció ayer su dimisión, reconociendo su incapacidad para hacer aceptar el acuerdo negociado con Bruselas y dejando al Reino Unido bajo la amenaza de un Brexit brutal.

“Lo intenté tres veces” pero “no fui capaz” de lograr que el Parlamento aprobase el acuerdo de divorcio, afirmó ante las cámaras de televisión frente a la puerta del número 10 de Downing Street, su residencia oficial en Londres.

“Creo que era correcto perseverar incluso cuando las posibilidades de fracasar parecían altas, pero ahora me parece claro que en el interés del país es mejor que un nuevo primer ministro lidere ese esfuerzo”, agregó al borde de las lágrimas.

May dejará el cargo el 7 de junio, tras recibir al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien visitará Reino Unido del 3 al 5. La semana siguiente comenzará el proceso para designar a su sucesor, que será nombrado antes del receso parlamentario, el 20 de julio.

Numerosos aspirantes deberían lanzarse en los próximos días a esa carrera. Pero de momento el único que anunció oficialmente sus ambiciones es el controvertido exministro de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, defensor de cortar claramente los puentes con la Unión Europea y que inmediatamente llamó al país y al Partido Conservador a “unirse y cumplir con el Brexit”.

Rechazo de los Tories

Tras el referéndum de junio de 2016 en que 52% de británicos votó a favor de poner fin a 45 años de integración europea, Reino Unido debía haber abandonado el bloque el 29 de marzo. Pero ante el tozudo rechazo del Parlamento al acuerdo negociado por May, el Brexit fue pospuesto dos veces, la segunda hasta el 31 de octubre a más tardar.

Los Tories deben “aprender la lección o morirán”, afirmó el eurófobo Nigel Farage, líder del Partido del Brexit, considerando que May “juzgó mal” los deseos de los británicos y de sus compañeros de formación al insistir en mantener una estrecha relación con la UE.

La anunciada victoria de Farage en las elecciones europeas que Reino Unido celebró el jueves, pero cuyos resultados no se conocerán hasta el domingo, y la posibilidad de que un euroescéptico duro reemplace a May vuelven a poner sobre la mesa la posibilidad de un brutal Brexit sin acuerdo.

ADIÓS. La polémica ministra británica, llora al anunciar ayer su renuncia. (AFP)
ADIÓS. La polémica ministra británica, llora al anunciar ayer su renuncia. (AFP)

Nada cambia

“El Brexit duro parece en estas circunstancias una realidad casi imposible de frenar”, estimó la portavoz del Gobierno español Isabel Celaá.

Sobre todo, habida cuenta que la UE no está dispuesta a renegociar el texto que May no logró hacer aceptar a euroescépticos ni proeuropeos.

Su dimisión “no cambiará en nada la posición adoptada por el Consejo Europeo para el acuerdo de salida”, advirtió desde Bruselas una portavoz de la Comisión Europea, Mina Andreeva. Está también por ver si la UE aceptaría, llegado el caso, un tercer aplazamiento del Brexit.

Preocupado por la amenaza de que un Brexit sin acuerdo conlleve la reinstauración de la conflictiva frontera entre su país y la provincia británica de Irlanda del Norte, el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, advirtió que la situación puede ser “muy peligrosa” para Irlanda.

Rebeldes enfurecidos

La jefa de gobierno conservadora, que llegó al poder en julio de 2016 a raíz de la renuncia de su predecesor David Cameron tras el sorprendente resultado del referéndum, quería a toda costa sacar a su país de la UE, pero desde hacía meses estaba cada vez más sola y debilitada políticamente.

Tras año y medio de arduas negociaciones con la UE, el 25 de noviembre había logrado firmar con sus 27 socios europeos un Tratado de Retirada que en 585 páginas recoge las condiciones de la salida británica, desde la factura de 39.000 millones de libras que tendrá que pagar Reino Unido hasta los derechos de los europeos que residen en el país.

Pero este acuerdo decepcionó tanto a los proeuropeos como a los euroescépticos: para los primeros aleja demasiado a Reino Unido de la UE, para los segundos lo mantiene demasiado cerca.

Una mujer difícil

May llegó al poder en las caóticas semanas posteriores al referéndum, cuyo resultado provocó la dimisión del conservador David Cameron, de quien fue ministra del Interior durante seis años. Pese a ser euroescéptica, se había pronunciado a favor de la permanencia en la UE, pero se implicó poco en la campaña y lo hizo insistiendo en la necesidad de limitar la inmigración.

Solo un año después de llegar a Downing Street, convocó unas catastróficas elecciones legislativas anticipadas destinadas a fortalecer su posición en las que, sin embargo, acabó perdiendo la mayoría absoluta y quedó dependiente del apoyo del pequeño partido unionista norirlandés DUP para poder gobernar. Theresa Brasier -su nombre de soltera- nació el 1 de octubre de 1956 en Eastbourne, ciudad costera del sureste del país. La propia May se describió una vez como “una mujer jodidamente difícil”. Aunque sus enemigos la han acusado de tener poca altura de miras, todos coincidían en su laboriosidad.