El fenómeno navideño

Daniel Jerez

Quizás algunos consideran a esta la época más corta del año, precisamente porque el tiempo no espera a tanta fiesta, celebración, rituales y el buscar comprar los regalos prometidos. Las empresas muestran su cariño, padres enseñando solidaridad a sus hijos al visitar pueblos lejanos de su comodidad con regalos y caramelos, multiplicando el crecimiento de la economía.

Resumiendo el origen histórico, etimológico y teológico de esta fiesta, navidad viene del latín Nativitas que significa nacimiento, aunque no se sabe exactamente la fecha en que nació Jesús, el Papa Liberio decreta el 25 de diciembre como el día de su alumbramiento, fecha adoptada por la iglesia en el tercer siglo D.C., para permitir la conversión de los pueblos paganos, en pleno solsticio de invierno que coincide con el festival idólatra de Saturnalia.

Han pasado varios siglos desde que empieza a celebrarse la navidad, evolucionando coherente al contexto social, económico de cada época. Nacen tradiciones y personajes íconos como Santa Claus, que se origina de ‘San Nicolás’ y en 1809 Washington Irving es el responsable de transformar al obispo original del mismo nombre en ‘San Nick’, años más tarde la multinacional Coca Cola Company industrializaría al personaje, dándole vida y color para la época navideña. Otras costumbres como el árbol de navidad o el intercambio de regalos responden de igual forma a creencias adaptadas al dominio y a la comercialización de estas fiestas.

Algunos datos que hoy son producto de este agetreo navideño, dicen que el 1% de la población mundial controla al 99% restante misma que incrementa su poder siete veces más en la época navideña, el índice de suicidios crece en un 47% en jóvenes y adolescentes de países en “vías de desarrollo”, la explotación infantil se dispara en un 110% y la contaminación del planeta se incrementa cuatro veces más al resto del año. Sin duda esto pone en reflexión de cuanto corazón y sentimiento de solidaridad con los demás tenemos en esta época, hasta cuando nos dura el sentimiento navideño o este se acaba al revisar los estados de cuenta en año nuevo y empezar con la rutina de estrés de todos los once meses antes de prepararnos para amarnos por un mes.