Esto se hace con el fin de ayudar a los extranjeros a llegar a la frontera y así evitar la mendicidad en la ciudad.
Con sus maletas en mano y felices por alcanzar uno de su objetivos, se mostró un grupo de venezolanos que tras varias horas de espera finalmente lograron embarcarse la noche del lunes en un bus de la Cooperativa Santa, que los transportó de forma gratuita desde Ambato a Loja.
Esto fue posible gracias a un trabajo interinstitucional que emprendió la Agencia Nacional de Tránsito (ANT), y el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) de Tungurahua, con la finalidad de evitar que los extranjeros estén en situación de mendicidad en la urbe.
Esto debido a que en varios puntos es posible apreciar a personas, incluso a familias completas, pidiendo apoyo económico para juntar el valor de los pasajes y así llegar a la frontera, y cruzar a Perú.
Servicio
Silvia Suárez, directora provincial de la ANT, explicó que como institución se hizo el acercamiento con la Cooperativa Santa, cuyos representantes accedieron a movilizar a los pasajeros extranjeros de forma gratuita en sus unidades.
“Este fin se semana salieron ocho personas y hoy (lunes) salen cuatro adultos y dos niños, depende la demanda que se haya coordinado con la cooperativa para ver el día y la hora en la que pueden viajar”, señaló Suárez.
Por parte del MIES en cambio Paulina Cali, funcionaria de Protección Especial, detalló que los beneficiarios de estos traslados fueron identificados en los recorridos que realizaron en la ciudad en diferentes horarios.
“Hemos encontrado a algunos venezolanos que están en situación de mendicidad o que no están viviendo en condiciones no adecuadas, por ello se articuló la ayuda”, expuso.
Los representantes de ambas instituciones manifestaron que los extranjeros que deseen acceder a este servicio o quienes conozcan a personas en estas situaciones, pueden contactarse con el MIES o la ANT para el traslado.
Beneficiarios
Junior Castillo es un venezolano de 27 años, que contó las horas para subirse al bus que lo acercaría a varios integrantes de su familia, que por la crisis económica y política que atraviesa Venezuela hoy radican en Perú.
“Para juntar para el pago estábamos vendiendo caramelitos, pero hoy nos vamos felices con la ayuda que nos dan y con la esperanza de encontrar mejores días en Perú”, expresó.
Junto a él permaneció Jesús Riera, de 26 años, quien tras permanecer cinco días en la ciudad finalmente logró movilizarse hasta la frontera, “en Ambato hay gente muy amable que entiende que no todos los venezolanos vienen a hacer cosas malas, sino que también estamos los que venimos en busca de días mejores para nuestras familias”, dijo. (MR)
VOCES
Nos vamos contentos porque en Ambato encontramos gente amable”. Jesús Riera, beneficiario.
Estuvimos vendiendo caramelos para poder viajar, estamos agradecidos”. Jefferson Muñoz, beneficiario.
Aspiramos llegar a Perú para buscar un mejor futuro para nuestras familias”. José Fermín, beneficiario.