‘Bomba’ a punto de estallar

La decisión del gobierno correísta de dar asilo a Julian Assange en la Embajada en Londres tuvo un error básico de cálculo: no valoró nunca, ni siquiera imaginó, su controvertida, conflictiva, anómala y hasta patológica conducta. El deseo de tener notoriedad mundial mediante lo que calcularon algunos como publicidad mediática de bajo costo, condujo al conflicto diplomático en el que hoy está inmerso nuestro país.

Querían introducir un “elemento de crispación” en sus relaciones con los Estados Unidos, donde Assange estaba involucrado en un caso de espionaje. Un conflicto que abonaba el alineamiento “antiimperialista” de Correa de los países signatarios del “socialismo del siglo XXI”. Un conflicto cuya única solución, al parecer no hay otra, es la salida del australiano a la brevedad posible de la sede diplomática.

¿Cómo podía darse por un delito común? ¿Existía algún tipo de persecución política? Quienes encabezaron la Cancillería entonces y a principios del régimen actual, no valoraron los informes de los diplomáticos e incluso de los embajadores sobre sus actividades. Tampoco la violación de Assange de los requerimientos y normas del derecho de asilo, incluida su injerencia en el tema catalán y las elecciones norteamericanas.

El caso perturba las relaciones con Gran Bretaña, EE.UU., España y Suecia, cuando el país requiere de normalidad en la política exterior, para abrir puertas al comercio y la inversión. Es un grave problema por resolver, antes de que todo empeore y siga enrareciéndose. El asilo de Julian Assange es una “bomba” a punto de estallar.


La enseñanza es un regalo en sí misma. El mejor regalo que cualquiera puede dar o recibir”. Stephen King Escritor estadounidense (1947)

La vida es fascinante: sólo hay que mirarla a través de las gafas correctas”. Alejandro Dumas Escritor francés (1802-1870)