El deprimente cortejo

Rocío Silva

Un camión mediano para transporte de cerdos o gallinas, ha sido readaptado con una suerte de estructura de tubos de color azul, se ha colocado unos altoparlantes con un micrófono, en una especie de gradita va un Rafael Correa, con ceño fruncido, mirada rabiosa y perdida, calvo y gordo. No queda un mínimo rescoldo de esa mirada en lontananza, cutis perfecto y perfil de galán latino que fue ideada por los Alvarado y que tanto cosechó suspiros en comarcas y plazuelas.

Del Hummer negro de corte militar, concebido para hacer ver el poder de jeques árabes, lleno de banderas, resguardado por los históricos granaderos de Tarqui en briosos corceles, en cuyo cortejo estaban entreverados elementos de la fuerza especial de custodia militar y hombres de seguridad con trajes negros, gafas oscuras y micrófonos de radio en la oreja; no quedo nada, tal vez dos que tres matoncitos de barrio, que entre no hacer nada y cobrar unos 100 dólares por recorrido, escogen la segunda opción.

De esas fiestas y borracheras con artistas famosos, con quienes se dio el lujo de cantar a dúo, ahora vive la resaca de la soledad, y en los pocos que miran el paso caricaturesco del otrora “comandante en jefe” solo ha quedado la asociación irónica que les permite gritar sin miedo: “ya no eres nadie”.

La apelación discursiva, balbuceante y repetitiva que se logra ubicar en los entrecortados del canto desentonado de Correa, cree que le permite confrontar su abandono, cuando en realidad son el llanto lastimero de un megalómano lleno de pánico, y entonces vocifera sobre la traición, la partidocracia, el feriado bancario, cuando lo llaman “ratas”, con sangre muy fría dice que las ratas son Lasso, Nebot, Febres Cordero, Bucaram, la oligarquía y los medios de comunicación.

Si alguien a su paso insiste en llamarlo rata, fuera, ladrón o preso; entonces ordena como lo hacía en la pesadilla de las sabatinas, a sus matoncitos, que actúen sobre el “malcriado”, muy prestos acuden a caerlo a golpes. ¿Qué quedará de este Correa desgastado al final de cada día?