Denuncian casos de bullying en una escuela de Ambato

Blanca T., madre de tres niños, está desesperada sin saber qué hacer al ver que sus tres hijos han sido víctimas de bullying en una misma institución educativa en el centro de Ambato.

Para esta mujer y su esposo el espacio donde debían ser educados los menores se ha convertido en la peor “tortura”, por los constantes casos de acoso a los que han sido sometidos sus hijos.

La primera víctima fue Carlos S., de 12 años, quien durante tres años sufrió de acoso escolar, no solamente por parte de su maestra, sino también de sus compañeros de clase.

“El 6 de abril del año pasado fue lo peor que le ocurrió, sus compañeros de clase le encerraron en el aula para golpearlo, asfixiarlo con el rosario que tenía en su cuello, luego le jalaron de pies y manos para finalmente patearlo en el cuerpo y su rostro”, narró asustada Blanca.

Su hija de 9 años es la que se topó con esta dramática escena cuando bajó desde su aula a verle a su hermano para dirigirse a casa.

“Mi pequeña fue la que miró como ocho de los compañeros entre hombres y mujeres lo golpeaban, por lo que salió asustada a pedir auxilio, solo así pararon la agresión”, afirmó la mujer.

Los padres de familia se imaginaron que con su denuncia en la Junta Cantonal de la Niñez se iba a terminar esta pesadilla que estaba viviendo su hijo, pero esto solamente fue el comienzo de una triste historia que la vive hasta hoy.

“Mi hija, la que le defendió a su hermano ahora es víctima de acoso, no solo de los compañeros de clase sino también de los excompañeros de Carlos, quienes le insultan cuando la ven por los pasillos”.

EL DATO
En la Fiscalía de Tungurahua se indaga varios de estos procesos de acoso escolar.El último de sus hijos de apenas 7 años también ya ha sido víctima de bullying, a él sus compañeros le hiriendo su rostro con un compás.

“El sicólogo me ha dicho que mis menores están entrando en etapa de depresión, lo que pido es justicia y que estos casos sean investigados y que no se espere que ellos se suiciden para tomar los correctivos”, finalizó la madre.

Investigación

El capitán Diego Valle, jefe de la Dinapen de Tungurahua, mencionó que los padres pueden acercarse hasta estas dependencias a denunciar con el propósito de ellos indagar sobre los sucesos para dar con los autores de este delito.

“Los casos son pasados a la Fiscalía de Tungurahua y ellos delegan qué autoridad investigará. La denuncia en estas dos dependencias son gratuitas”, afirmó Valle.

Mientras que Verónica Sánchez, sicóloga, dijo que la vergüenza o el miedo a las represalias son los principales motivos por lo que los menores se callan en cuanto a estos sucesos.

Algunas de las señales para conocer si su hijo es víctima de acoso son: cambios en el comportamiento, tristeza, llantos o irritabilidad, pesadillas, cambios en el sueño y falta en el apetito. También las víctimas aparecen con golpes o rasguños asegurando que fue una caída y negándose así volver a clases. (EV)