Temporada comercial

Rebeca Díaz

La expectativa de los sectores productivos por contar con normas que favorezcan el movimiento económico parece que continuará hasta el próximo año, debido al inminente veto al proyecto de reactivación económica del Ejecutivo que fuera modificado en su mayor parte por inconsistencias y desacuerdos con el Legislativo. La preocupación del Gobierno debe centrarse en la definición de su ruta en el tema económico antes que en la consulta popular.

Por el momento, la contraída economía ecuatoriana tiene un comportamiento usual en la temporada navideña que se evidencia en el incremento de las importaciones y un movimiento comercial motivado por las grandes empresas que ofrecen créditos con meses de gracia hasta el próximo año. La publicidad contribuye a reforzar la cultura de consumo y crea la necesidad de compartir innumerables bienes materiales con los familiares y amigos.

El aporte a la economía de los emprendedores y pequeños empresarios se incrementa a pesar que deben competir con grandes importadores y cadenas de almacenes, sus estrategias diferenciadas, las promociones y ferias permiten que presenten sus productos a nuevos clientes logrando recuperar sus inversiones; la organización de los emprendedores y el apoyo de las instituciones estatales posibilitan la inserción económica de un grupo poblacional que generalmente sale del comercio informal y establece su negocio buscando mejorar su economía familiar.

El comercio electrónico también va ganado terreno y debería observarse el comportamiento del usuario en este medio, para ampliar su uso en una economía contraída como la ecuatoriana. También, el uso del dinero electrónico que podría tener un efecto tangible en la economía, si los compradores adquieren confianza en este medio y en su manejo a través de las entidades financieras con una normativa clara para este medio de pago.

El Gobierno necesita definir con urgencia un proyecto que permita la estabilidad económica, las reglas claras e incentivos tributarios pueden reactivar la economía que está contraída por el desmedido gasto público y el endeudamiento; son necesarias medidas para promover la inversión privada, inclusive en las empresas estatales que tienen problemas para contribuir a un ambiente de estabilidad económica.