Ciertos distribuidores de pollos no cumplen con las normas básicas de higiene, esto debido a que el producto debería ser transportado en vehículos frigoríficos, sin embargo, es común ver que arriban a los centro de abastos en camionetas y expuestos a la intemperie.
Javier Rodríguez, director distrital de la Agencia Ecuatoriana de Aseguramiento de la Calidad del Agro (Agrocalidad), explicó que en la provincia se catastraron a 46 establecimientos que se dedican al faenamiento de aves.
De este listado apenas 23 fueron calificados después de cumplir los requerimientos que se les exige para garantizar las características sanitarias, mientras que los restantes según se informó, funcionan bajo un plan de acción cumpliendo con los requisitos mínimos.
Dentro de los parámetros que deben cumplir, está el contar con infraestructura apropiada como pisos y paredes impermeables para evitar que se acumulen residuos, uso de utensilios de acero inoxidable, programa de control de plagas y la asistencia de un médico veterinario de manera permanente, entre otros parámetros que exige Agrocalidad.
Rodríguez explicó que la transportación es otro de los procesos en los que se debería tener precaución, ya que todo lo realizado anteriormente se vería minimizado si al final no se cumple con lo establecido.
Para ello es necesario que los pollos sean movilizados en vehículos apropiados a una temperatura de 3 a 7 grados centígrados y totalmente cubiertos, pues de lo contrario se pueden contaminar con el polvo, esmog u otros elementos contaminantes.
EL DATO
Después del faenamiento los pollos deben permanecer a una temperatura de 3 a 7 grados centígrados.“La carne de pollo es un producto orgánico altamente sensible que si no se lo mantiene a las temperaturas adecuadas para el transporte, se va a deteriorar con facilidad”, manifestó.
Agrocalidad realiza controles recurrentes, por lo que incluso se realiza el decomiso de la mercadería y la clausura de los establecimientos cuando los funcionarios determinan que existen incumplimientos.
Situación
“A veces si llegan pollos con polvo o manchados pero para eso nosotros lavamos y después les enfundamos para así evitar que se ensucien”, comentó Blanca Tapia, comerciante de pollos, quien cuelga a las aves en un tuvo para venderlos durante el día.
Omar Padilla, quien regularmente compra este tipo de carne, explicó que se volvió normal el adquirir los pollos en los mercados. “Nosotros deberíamos exigir que permanezcan en refrigeración, pero ya se volvió tradición”, dijo.
Paola Solís, quien vive al frente de un mercado, comentó que regularmente observa la llegada de los pollos en los baldes de camionetas. “Vienen expuesto sin ni siquiera un plástico que les cubra”, indicó. (MR)