Niños pandemia, un resultado del confinamiento

Estrés, problemas de lenguaje, adaptación, entre otros son los efectos que presentan los niños.
Situación. Estrés, problemas de lenguaje, adaptación, entre otros son los efectos que presentan los niños.

Luego de más de dos años que inició la pandemia, las restricciones y el confinamiento han dejado consecuencias y efectos sobre todo para los niños.

De acuerdo con un informe emitido por la Unicef, de a poco se van identificando graves y cada vez peores consecuencias para los niños, en lo que tiene que ver en salud mental, emocional, alteraciones cognoscitivas, sociales, entre otras.

Casos

Ángel, tiene 4 años, él ya debería estar en Inicial 1 si todo fluyera de forma normal, sin embargo, el pequeño presenta serios problemas para relacionarse con otros niños.

Para Mayra, madre de Ángel, es una odisea el no saber cómo lidiar ante los efectos que ha dejado la pandemia en su hijo, pues el doctor lo calificó como un niño pandemia.

Se irrita fácilmente, no quiere hablar con nadie, tiene muchos temores, por eso no quiere ni jugar con otros niños”, dijo.

 

 

¿Qué hacer?

Entre las principales recomendaciones de los expertos constan el buscar ayuda profesional psicológica.

– Acompañar en un proceso de socialización.

– Dialogar con los pequeños.

– Permitir el juego y la recreación entre pares sin límite de tiempo.

– Generar principalmente autoconfianza, el desarrollo social y luego de ellos pensar en el área cognitiva.

 

Según el diagnóstico del médico, Ángel sufre trastornos sociales, debido a que pasó casi dos años confinado, sin relacionarse con sus pares y con el estrés de la pandemia.

Situación similar es la que vive Carmen Morejón, quien a pesar de los esfuerzos que ha hecho para acompañar a su hijo de 4 años no ha logrado que desarrolle su lenguaje y a pesar de su edad, el pequeño apenas balbucea unas palabras.

La madre mencionó que el médico también le indicó que su hijo es uno de los llamados niños pandemia, que son los niños que fueron afectados seriamente por el confinamiento, las restricciones y la falta de socialización con sus pares.

 

EL DATO
Desde la semana pasada se dio el retorno a las aulas y varios centros de 
desarrollo infantil, guarderías y estimulación temprana también retoman 
actividades.

 

 

Análisis

Claudia Tobar, directora del Instituto de Enseñanza y Aprendizaje de la Universidad San Francisco de Quito, explicó que los niños en la primera infancia tienen una fuerte necesidad física y psicológica de relacionarse con sus pares, así como también con sus familiares, lo cual no existió en la pandemia y si lo hubo no fue adecuada.

“Su desarrollo se enfoca en un 80% en la imitación y la socialización, aprenden a relacionarse con el mundo y con otras personas a través de esta prueba y error con sus pares”, aseguró.

La experta aseguró que se habla de los niños pandemia, puesto que fueron privados de su vida durante dos años y lo cual produjo un retraso significativo en sus habilidades sociales y cognitiva.

“Lo que se está viendo es que, en los centros infantiles, los niños de 2, 3 y hasta 4 años tienen escasas experiencias con sus pares, incluso a veces es la primera vez que ven a otros niños en una guardería”, comentó al tiempo de explicar que estos menores están presentando condiciones que solo se veía en niños ‘salvajes’ que no tenían exposición a otros niños.

Tobar indicó que es una muy sana decisión que los centros educativos al igual que las guarderías y centros de desarrollo infantil vuelvan a la presencialidad, porque eso ayudará a trabajar estas afecciones que tienen los niños, a la par de la ayuda profesional que los padres deben buscar.  (FCT)

 

¿Cómo identificar?

Algunos síntomas de los ‘niños pandemia’ son:

– Irritabilidad y enojo frecuente.

– Frustración al no poder hacer algo

– Temor a socializar

– No desarrollo del lenguaje

– Agresividad

 

La importancia en los primeros 1.000 días de vida de una persona

EFE SALUD · Fundevas, una ONG formada por mujeres del sector de la ginecología, psicología, y la educación, entre otras especialidades, tiene entre sus objetivos promocionar la atención integral al bebé y a su familia durante sus primeros 1.000 días de vida para garantizar un correcto desarrollo.

Su finalidad es poner el foco en la neurociencia y construir un futuro adecuado para los niños.

Influir de manera positiva en los 1.000 primeros días es una inversión en la salud, bienestar y felicidad a largo plazo del ser humano.

En esta etapa, el ser humano tiene una mayor plasticidad y desarrollo cerebral, por lo que es mucho más efectivo realizar intervenciones de detección y tratamiento de trastornos y optimización del desarrollo cerebral, según un estudio del Center of Developing Child de la Universidad de Harvard.

Esto supone una ventaja en términos de salud física, salud mental, desarrollo de memorias implícitas y conducta.

Así lo avalan diferentes informes de The Open University o Unicef, donde se demuestra que los resultados económicos, académicos y de salud de los adultos están influidos por esta etapa y piden una atención temprana adecuada.