Mujeres son vulnerables al acoso y abuso en los buses

Muchas de las mujeres aún sienten el acoso y el abuso en el transporte público.
REALIDAD. Muchas de las mujeres aún sienten el acoso y el abuso en el transporte público.

Inseguras, así se sienten las mujeres dentro del transporte público, no solo porque pueden ser víctimas de un robo, sino por el acoso y abusos que sufren al interior de este tipo de transporte.

Esto ocurre a vista y paciencia de transportistas, pasajeros y las mismas autoridades, sin que hasta el momento haya una propuesta clara para frenar el acoso sexual a las mujeres.

El acoso sexual en el transporte público es una de las principales manifestaciones de violencia basada en género, y afecta principalmente a las mujeres y la población LGBTIQ+.

 

Historias

Karla tiene 19 años, ella viaja a la universidad todos los días, pero dice que desde una mala experiencia que tuvo en el bus con un hombre, ahora siente miedo.

Su testimonio le parecía increíble a sus amigas, ella contó que le tocó viajar de pie cuando sintió que un hombre se le pegaba constantemente, pese a esquivarlo.

El camino se me hacía largo las tres cuadras donde la gente estaba amontonada en el bus y el hombre, que aparentaba estar en sus 40’s, no se me despegaba, ya no sabía cómo ubicarme porque de los dos lados se me arrimaba y solo decía no hay donde pararse”, contó Karla.

Asustada comentó que al sentir que una mano la apretaba desde atrás, decidió bajarse antes de su parada.

 

EL DATO
El acoso o abuso callejero es una de las formas de violencia 
de género más extendidas. Es intolerable que las chicas no 
puedan moverse libremente en los espacios públicos.

 

Así llegó a sus clases sin saber que pasó, ni qué debería hacer para que no le vuelva a suceder, alguien le explicó que ese era un tipo de abuso sexual.

Su caso se replica en Juliana que sentó a la ventana de un bus, un hombre en aparente estado etílico empezó por llamarle ‘mija’ por varias ocasiones, ella decidió pararse para evitarlo, pero el hombre se enojó y la insultó fuertemente.

Ella dice que “ese tipo de situaciones paralizan a las mujeres porque no sabemos qué hacer y solo queremos escapar”.

Estos son solo dos ejemplos de acoso y abuso sexual que pasan en los buses, donde las mujeres siguen siendo vulnerables sin que haya un solo sancionado por estos hechos.

 

CIFRA: 
68% DE LAS Mujeres en la ciudad han sufrido 
de acoso callejero alguna vez en su vida.

 

Escaso trabajo local

En Ambato, las mujeres aseguran que poco se hace sobre la prevención de acoso y abuso sexual hacia las mujeres, en las calles o en el transporte público.

El único caso que se hizo público en la ciudad, respecto de una sentencia por abuso sexual en el interior de un bus, de servicio urbano, fue en 2019 cuando un juez dictaminó un año ocho meses de cárcel para el abusador, quien atentó contra una menor de 14 años.

Así también, la última campaña impulsada por el Municipio se dio en noviembre de 2021, cuando un grupo de actores simulaba un tipo de abuso o acoso para hacer reflexionar a las personas sobre lo importante y delicado que es este tema.

 

TOME NOTA
Por lo menos siete de cada 10 mujeres en el mundo 
han sufrido alguna forma de acoso sexual callejero.

Opiniones

Al respecto, Kléver Peñaherrera, secretario del Consejo Cantonal para la Protección de Derechos de Ambato, dijo que esta campaña demostró que la ciudadanía está sensibilizada, es decir sabe defender a quien se encuentra en peligro dentro de una unidad de transporte en el momento que esto sucede.

También reconoció que el registro de sancionados puede ser mínimo, ya que las víctimas no denuncian el hecho o no terminan los procesos legales que implican la denuncia por acoso o abuso.

Para Jheny Bautista, representante del Colectivo Houtemakasi, las mujeres son vulnerables a todo tipo de ataques, no solo en los buses sino en la calle, sin que haya una política pública que cuide de ellas y eduque a las familias sobre el respeto integral a los seres humanos sin distinción de género, ideología, religión o etnia.

Las leyes existen, sí, pero en papeles y no todo el mundo las conoce, si los entendidos no las dan a conocer y menos si las autoridades no las traducen a una forma donde el común de los mortales sepa que hay castigo para quienes cometen este tipo de hechos”, recalcó Bautista.

Ahora mujeres como Karla o Martha esperan que en Ambato se implemente una real campaña para contar con un transporte seguro que funcione para cientos de niñas, adolescentes y adultas que por obligación deben hacer uso del transporte público y otros espacios dijo Bautista.

Transportistas

Por su parte, los conductores de los buses dicen que poco pueden hacer al respecto porque hay muchos limitantes.

Guillermo, quien labora en una unidad de transporte urbano, señala que, en sus 17 años de experiencia en este trabajo, jamás una mujer le ha dicho que pare el bus o que llame a las autoridades porque alguien la está acosando o haya abusado de ella.

Adicionalmente, varios buseros comentaron que cuentan con un sistema de transporte seguro en el que constan las cámaras de vigilancia que se activan cuando hay una alerta. (CNS)

 

 

Trabajo en la Capital de los ecuatorianos

En ciudades como Quito, existe una ordenanza para sancionar este tipo de hechos.

Del mismo modo se instalan aplicaciones, en las unidades como el trole y la ecovía, donde la persona afectada puede poner su queja a través de un mensaje de texto y el conductor deberá notificar y activar la alarma para proceder a atrapar al acosador.

Según las autoridades del Patronato Municipal del Municipio de Quito, esto al igual que otras campañas como ‘Bájale al acoso’ han disminuido considerablemente los casos en la capital, mientras que la gente se sensibiliza sobre el respeto.