Los gritos de una pareja y el llanto de niños llamaron la atención de los vecinos de las calles Gregorio Escobedo y Batalla de Tarqui, en la zona alta de Ambato.
A pesar de ello, como en la mayoría de los casos de violencia intrafamiliar, prefirieron no decir nada.
Sin embargo, una menor de 8 años asustada por la pelea de sus padres decidió bajar, desde el departamento en donde vive, para ir hasta la calle a pedir auxilio.
En ese momento se encontró con un patrullero que circulaba por la zona, fue ahí que agitó sus manos para llamar a los uniformados.
Cuando los gendarmes se le acercaron, la menor les comentó que en el tercer piso sus padres estaban peleando y que su papá quería apuñalar a su mamá.
La desesperación de la niña fue tomada muy en serio por parte de los policías. De inmediato subieron a poner a buen resguardo a la mujer que estaba siendo violentada por su conviviente.
DATO: Ser testigos de violencia en casa estresa a los niños, esto reduce sus defensas y afecta sus sistemas inmunológicos.
Acciones tomadas
Ya en el departamento la mujer estaba nerviosa y con signos de que había estado llorando. Ella le comentó a la Policía que solo se trataba de una discusión entre ella y su pareja y que en ningún momento había solicitado el auxilio de nadie.
La víctima comentó que habría intentado irse del departamento, junto con sus hijas menores de edad, pero su conviviente se lo impidió y fue en ese momento que las cosas se habrían salido de control.
En un punto de la discusión el agresor, de 30 años, habría intentado saltar del tercer piso. Para evitar que la cosas empeoren los policías aprehendieron al sujeto a quien, luego de realizarle una valoración médica, para garantizar su estado de salud, lo trasladaron hasta el Centro de Aseguramiento Transitorio de Ambato.
La mujer también fue llevada hasta una casa de salud para su valoración médica, sin embargo, ella se negó a este procedimiento y dijo que no iba aponer ningún tipo de denuncia, por lo que se fue del lugar sin dar más explicaciones. (NVP)
Opinión de un experto
La psicóloga Catalina Mejía señaló que un amplio número de los niños que son expuestos a la violencia intrafamiliar también son víctimas de abuso físico.
Añadió que los menores que son testigos de este tipo de actos o que son víctimas de abuso, tienen un riesgo grave de tener problemas de salud mental y física a largo plazo.
Mejía sostuvo que los niños que son testigo de violencia entre sus padres tienen un mayor riesgo de ser violentos en sus relaciones futuras.
“La sociedad no se puede quedar impávida ante este tipo de hechos, es responsabilidad de todos evitar que nuestros niños crezcan en ambientes pocos sanos. Por eso es recomendable denunciar la violencia intrafamiliar que se de en nuestro entorno”, finalizó.