El trabajo sexual en el centro de la ciudad es cada vez más evidente, con su propagación también se acrecientan otros problemas como la venta y consumo de sustancias sujetas a fiscalización y con ello la inseguridad.
Cada vez son más las trabajadoras sexuales que se observan en la avenida 12 de Noviembre y las calles transversales a esta. Su presencia se evidencia desde la avenida Unidad Nacional, las calles 5 de Junio, Vargas Torres, Ayllón, Maldonado, Marieta de Veintimilla, Martínez, Mera, Montalvo, Castillo, Olmedo, hasta la Quito y Solano.
A decir de los vecinos y moradores de dichas vías, esto se debe a que no existe una zona de tolerancia en la ciudad, pero también a que más sitios de alojamiento como pensiones, hostales, residenciales y hasta hoteles permiten el trabajo sexual en sus instalaciones.
Preocupación
“Todos sabemos lo que pasa en esos lugares de alojamiento. Se puede mirar como del lugar entran y salen trabajadoras sexuales durante todo el día”, dijo Carmen S. quien cuenta con un local comercial en la calle Olmedo.
Según la ciudadana esto se ha vuelto normal y ha provocado que esta calle sea muy conflictiva.
TOME NOTA Según la Red de Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe, el 79% de las mujeres que se dedican a este oficio en Ecuador tienen entre 20 y 40 años.
Otro sitio donde este problema ha aumentado es en la calle Maldonado, donde los sitios de alojamiento estarían siendo utilizados para este fin.
“Sabemos que a ese hotel llevan a los clientes. Es fácil darse cuenta al pararse a observar durante unos minutos, pero para las autoridades no pasa nada”, dijo. Javier (nombre protegido).
Para Ricardo Álvarez, otro morador, el sector se va convirtiendo cada vez más inseguro debido a este crecimiento de la prostitución. “Ya se dio una muerte violenta de una trabajadora sexual. Pedimos que hagan algo las autoridades”, dijo.
Criterio similar es el que tiene Martha, propietaria de un local comercial en la calle Quito y Solano donde también se presenta este fenómeno.
TOME NOTA Del alrededor de 70 mil trabajadoras sexuales que hay en el Ecuador 54 mil son jefas de hogar, es decir, mantienen sus casas y a sus hijos.
Al preguntar al administrador de una pensión el por qué se permite el trabajo sexual en este establecimiento indicó que el solo alquila la habitación y no puede controlar para que lo va a ocupar la usuaria.
“Sería discriminatorio decirle que no tenga relaciones sexuales en su habitación, los clientes alquilan para que nadie los moleste”, dijo.
EL DATO Otro de los problemas que se evidencian en la zona es que no todas las y residenciales renuevan sus permisos de funcionamiento desde 2019.
Autoridad
Diego Proaño, Intendente de Ambato, explicó que en efecto se ha evidenciado el crecimiento del trabajo sexual en las calles de Ambato por lo que se despliegan operativos bajo las competencias, donde se realiza el registro de personas a fin de verificar que no sean requeridos por la ley, que no exista el porte de armas o sustancias ilegales.
Sin embargo, agregó que no pueden impedir el trabajo puesto que, al no contar con una zona roja o rosa delimitada, no pueden obligar a las trabajadoras sexuales a retirarse de estos sitios.
Proaño aseguró que lamentablemente las autoridades brindan los permisos a los sitios de alojamiento, pues cumplen con todos los requisitos que se establece por norma, en la que no existe una prohibición del uso de sus habitaciones para dicho trabajo.
“Además, como establecimiento no pueden saber para qué van hacer uso de sus habitaciones. No se puede determinar a ciencia cierta cuáles o cuántas personas ingresan para la actividad sexual”, comentó.
El intendente también explicó que el trabajo sexual no es un delito o una contravención, lo que se requiere es una normativa desde la Municipalidad para el uso de suelo, una zona rosa y una zona rosa.
Mientras tanto los operativos se enfocan en todos estos sitios a fin de aportar a la seguridad. (FCT)