Informalidad arrastra a los niños a la calle

Varias son las actividades que realizan los menores de edad en la calle.
Trabajo. Varias son las actividades que realizan los menores de edad en la calle.

Entre juegos y risas, Darwin de 10 años, recorre las calles de Ambato junto a su madre quien vende frutas y legumbres.

Él acompaña a su madre junto con su hermana de 8 años, “a veces yo vendo más que mi mami”, cuenta mientras ordena unas mandarinas en fundas para continuar con la venta.

El pequeño asegura que es de una comunidad de Quisapincha, sus padres son de escasos recursos y que se dedican a la venta informal desde hace ya varios años.

“Nosotros veníamos con ellos porque no había con quien quedarnos y aprendimos a vender”, dijo al tiempo de asegurar que no abandonaron los estudios, pues reciben clases virtuales en el celular de su padre.

Caso similar es el que vive Javier, de 6 años, quien acompaña a su padre mientras limpia parabrisas o vende papel higiénico en los semáforos.

En cada cambio de luz del semáforo el pequeño corre con una franela para limpiar los espejos de los vehículos esperando unas monedas.

Como ellos, varios son los niños que se ven en los alrededores de los mercados, en paradas de buses, en los semáforos o en los parques de la ciudad, la mayor parte de ellos no estudian y los que sí lo hacen ingresan a medias de forma virtual.

Preocupación

Ángel Rodríguez, director del Hogar Santa Marianita, manifestó que la callejización de los niños se ha incrementado debido a diferentes factores, uno de ellos es la movilidad.

Según el experto, la realidad social y económica que vive el país hace que varias personas y familias enteras que experimentan situación de pobreza que impulsan a buscar sustento en las calles.

Mencionó, además, que el proceso migratorio de las comunidades hacia la ciudad e incluso hacia el extranjero hace que las familias se rompan y que los niños se queden a cargo de abuelos, tíos y más familiares que buscan recursos económicos en el comercio informal.

Desde el Consejo Cantonal para la Protección de Derechos de 
Ambato se articulan acciones con centros de atención.

Acciones

Desde el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) se informó que en Tungurahua se atiende a 960 niños y adolescentes tanto en las parroquias rurales que son las expulsoras, como en los sectores urbanos en donde se evidencia el crecimiento de la callejización.

Según se explicó, esta población se concentra a realizar actividades de comercio informal, por ello se está laborando con la modalidad de erradicación progresiva de trabajo infantil con 12 equipos de profesionales multidisciplinarios que realizan abordajes y acompañamiento a las familias de los niños identificados.

Además, desde el Consejo Cantonal para la Protección de Derechos de Ambato se articularon acciones con centros de atención a niños rescatados en las calles a fin de prevenir el trabajo infantil. (FCT)

 

Te puede interesar:

Deltacrón, nueva variante de coronavirus